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La Personalidad según Sigmund Freud y Erich Fromm


En nuestra nueva entrada nos dedicaremos a resumir los principales trazos de la teoría clásica de la personalidad. Para ello utilizaremos como referencia bibliográfica, los desarrollos en teoría psicoanalítica formulados por Erich Fromm en su frondosa y fructífera obra.

Presupuestos Iniciales de Freud
Freud concebía al hombre como un sistema movido por dos grandes fuerzas, tales son, el principio de autoconservación y el de reproducción.

Para Freud, el hombre en su génesis obra como un ser incomunicado cuyo objetivo es la satisfacción completa de su yo y de sus impulsos libidinales, pero también el hombre se identifica como un ser social que necesita de otras personas tanto para satisfacer sus necesidades de autoconservación como sus impulsos libidinales.

En el pensamiento freudiano, esta fase en la definición del hombre se reconoce como "teoría instintiva": la conducta humana se explica desde fuerzas e impulsos instintivos. En la satisfacción incompleta de estos instintos se ven los primeros conflictos del hombre. Freud desarrolla para explicar la relación los conceptos de Eros y Tánatos, esto es, reservados cada uno de ellos en los instintos de la vida y la muerte.

Niveles de la Consciencia
La teoría freudiana de la personalidad nos describe al ser humano formado en una estructura dada por tres niveles de consciencia paralelos, disímiles, pero que de algún modo se comunican entre sí:

1. Nivel consciente, memoria y registro de nuestras experiencias cotidianas, la consciencia es la puerta de entrada mediadora entre el plano del mundo exterior, el proceso de socialización, y el plano del mundo interior. 

La consciencia es la base constitutiva del "Yo", y de todo aquello que consideramos socialmente bueno o civilizado: razón, pensamientos, intenciones, etc.

En la vida cotidiana, la consciencia es representada por el lenguaje y el raciocinio.

2. Nivel preconsciente, registros o memorias latentes de naturaleza insconsciente que permanencen ahí, de forma inmanente en la conciencia, operando e influyendo sobre ella.

3. Nivel inconsciente, sede de las energías e impulsos e instintos básicos del hombre. En la percepción de un ser racional, el insconsciente es una área oscura, amenazante, informe fuente de incivilización.

En la vida cotidiana, el insconsciente se expresa esencialmente en las noches, a través del lenguaje simbólico y los sueños. También lo hace con otro lenguaje olvidado, tal es, la conciencia y expresión de los propios sentimientos.

Como dice Fromm (6), el lenguaje simbólico es un lenguaje en el que las experiencias internas, los sentimientos y los pensamientos son expresados como si fueran experiencias sensoriales o acontecimientos del mundo exterior. Es un lenguaje que tiene una lógica distinta del idioma convencional que hablamos a diario, pues ni el tiempo ni el espacio son categorías dominantes sino lo son la intensidad y la asociación.


Para Freud el insconsciente es la fuente primaria de la irracionalidad. En cambio, para Jung, es la sede de las más profundas fuentes de sabiduría, siendo el nivel consciente la simple intelectualización del mismo.

La incomunicación entre los 3 niveles de consciencia es dada por los llamados "filtros sociales" o mecanismos de represión.

La civilización nos transmite, educación mediante, poderosos filtros sociales:

  • El lenguaje, que mediante sus palabras, sintaxis y gramática nos separa de la experiencia directa.
  • La lógica, como un modo naturalizado de pensar, codificar y percibir la realidad.
  • El contenido de las experiencias, sede de la represión social. Como dice Fromm (4), hay cosas que no sólo no se hacen sino que ni siquiera se piensan. 
En una tribu de guerreros, por ejemplo, cuyos miembros viven de matar y robar a otros, podría haber un individuo que sintiera repulsión. Sin embargo, es muy improbable que tuviera consciencia de la misma pues sería incompatible con el sentir de toda la tribu. Tener consciencia de ese sentimiento, por otro lado, lo condenaría al ostracismo. De ahí que un individuo con tal sentimiento de repugnancia, desarrollará un síntoma psicosomático de vómito (4).

El Yo, el Ello y el Superyo
La arquitectura de la personalidad freudiana complementa los 3 niveles de consciencia con 3 estructuras conformativas del ser. Estas son el Yo, el Ello y el Superyo:

El Yo o Ego es la base de la conciencia del sí mismo, identidad primaria que nos remite a nuestras experiencias. Por lo tanto, el Ego es aquello con que nos identificamos y defendemos de las agresiones externas.


Los sistemas y religiones orientales identifican al Ego como el "espejo del sí mismo" o falsa conciencia, fruto de la separatividad. Entonces, para el budismo zen, el verdadero bienestar comienza cuando el hombre es capaz de trascender la prisión del ego.

El Superyo representa la voz interiorizada de la autoridad. En términos de Fromm (1) el Superyo es la conciencia autoritaria: la conciencia autoritaria es la voz de una autoridad externa interiorizada, los padres, el Estado, o cualesquiera que sean las autoridades de una cultura dada.

A menudo los sentimientos de culpa encuentran su razón en el temor inconsciente a estas autoridades.

El Ello o Íd, es la sede de nuestros impulsos insconscientes. El ello es en términos sencillos, pulsión, instinto, búsqueda de la satifacción, placer.

Los instintos básicos se complejizan a partir de la intervención de los distintos mecanismos y filtros represivos. Entonces Freud identifica dos orientaciones básicas en el comportamiento de un individuo:

  • El principio de la realidad, identificado en forma primaria con el "Yo" y el "Yo social".
  • El principio del placer, alimentado por el Ello, fuente básica de los impulsos.
Carácter y Carácter Social
Aquí nos separaremos un tanto de la teoría clásica freudiana e ingresaremos en forma primaria al mundo psicoanalítico de Erich Fromm.

Fromm concibe a la personalidad como un constructo formado de temperamento + carácter (1):

El temperamento se refiere a un modo de reacción y es algo constitucional e inmodificable. El carácter se forma esencialmente por las experiencias de la persona y en especial, por las de su infancia y es modificable hasta cierto punto por el conocimiento de uno mismo y sus experiencias.

En particular, el carácter es visto como un patrón de comportamiento característico de un individuo. Tanto para Freud como para Fromm, tan importante como identificar los rasgos de carácter es comprender su motivación profunda. 

El comportamiento posee motivos ocultos que deben ser develados. Por ejemplo, el carácter valiente puede motivarse en lo profundo con sentimientos de desapego y amor, tanto como por ambición, egocentrismo o pulsiones suicidas. 


Ahora bien, el carácter, entendido como proceso de orientación del comportamiento, es forjado en la fragua de las convenciones sociales. 
De allí que Fromm conciba el término carácter social, emergente del carácter individual formado en las influencias de las normas colectivas.

En estos términos la matriz económica de una región, son determinantes en la formación de los procesos de socialización. En otros términos, cada cultura y sistema económico "diseña" a los individuos de modo que estos sean útiles o funcionales:

El concepto de carácter social se refiere a la matriz de la estructura caractereológica común a un grupo. Presume que la formación del carácter social es la práctica de la vida tal como es, constituída por la forma de producción y por la estratificación social resultante. El carácter social es aquella estructura particular de energía psíquica que una sociedad dada plasma con el propósito de que resulte útil para el funcionamiento de esa misma sociedad dada.

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REFERENCIAS
(1) Erich Fromm, Ética y Psicoanálisis.
(2) Erich Fromm, La Crisis del Psicoanálisis.
(3) Erich Fromm, El Miedo a la Libertad.
(4) D.T. Suzuki y Erich Fromm, Budismo Zen y Psicolanálisis.
(5) Florentina Moreno, Hombre y Sociedad en el Pensamiento de Fromm.
(6) Erich Fromm, El Lenguaje Olvidado.