Páginas

Goleman: Liderazgo para Obtener Resultados


Por Daniel Goleman

En la actualidad, los ejecutivos requieren de gran flexibilidad sobre el liderazgo que ejercen en la organización, teniendo la capacidad de usar diferentes estilos dependiendo de la situación que se presente y en la medida necesaria. Se proponen seis estilos de liderazgo, donde cada uno consta de diferentes componentes de inteligencia emocional. Los estilos de liderazgo tienen un impacto directo y único en el ambiente laboral de la organización, en los equipos de trabajo, así como en el funcionamiento financiero de la empresa.
De acuerdo a estudios realizados por los psicólogos George Litwin y Richard Stringer y más tarde por McClelland y sus colégas, se determinaron seis factores claves que influyen en el clima organizacional de una empresa. Estos aspectos que influyen en el ambiente laboral son: la flexibilidad para adaptarse, la responsabilidad hacia la organización, los estándares establecidos, la precisión para ofrecer retroalimentación y otorgar recompensas, la claridad sobre la misión y valores de la empresa, y el nivel de
compromiso que tienen los miembros de la misma. Con base en esto, se encontró que los seis estilos de liderazgo tienen efectos medibles en cada aspecto que afecta el clima organizacional. A continuación se exponen los seis estilos de liderazgo que se pueden desarrollar según las necesidades que se manifiesten:

Estilo coercitivo.
Dicho estilo de liderazgo es el menos efectivo en la mayoría de la situaciones que se presentan, ya que carece de flexibilidad y sensibilidad sobre la moral y valores de la gente. Tiende a obstaculizar la innovación de ideas, así como falta de respeto hacia las personas que se dirigen, lo cual provoca que se pierda el sentido de responsabilidad y motivación de los empleados.
El sistema de recompensas se ve afectado por el estilo coercitivo, debido a que el líder no cubre las necesidades de la gente, olvidando ofrecer incentivos no monetarios como el reconocimiento que pueden motivar a la gente a mejorar su desempeño. Este tipo de liderazgo debe ser usado con mucha cautela y en
situaciones donde es totalmente necesario hacerlo. Por ejemplo, durante una toma de posesión no deseada, una situación de emergencia como incendio, terremotos, etc. Al aplicarlo se logra impactar a la gente y lograr que obedezcan y adopten la nueva forma de trabajo.

Estilo autoritario
Este es uno de los más efectivos manejando cualquier factor que influye en el clima organizacional. El líder autoritario es un visionario, y motiva a la gente haciéndola consciente del impacto que tiene su trabajo para el alcance del objetivo deseado. Otro beneficio que ofrece dicho estilo de liderazgo es maximizar el compromiso hacia las metas y estrategias del negocio, definiendo estándares, como ofreciendo retroalimentación positiva o negativa a los empleados de manera adecuada, enfocándose cada aspecto hacia la visión de la empresa. El estilo autoritario ofrece a la gente la libertad para innovar, experimentar y tomar riesgos calculados, por lo que resultan positivamente en la mayoría de las situaciones, sobre todo cuando una empresa se encuentra en una crisis organizacional. Algunos problemas que se pueden presentar, es cuando el líder autoritario se encuentra trabajando con gente más experta, por lo cual pierde poder e influencia sobre éstos. También en el caso de tratar de ejercer un liderazgo autoritario se convierta en dominante, lo cual puede afectar el espíritu de igualdad en un grupo efectivo de trabajo.

Estilo de afiliación.
El siguiente estilo de liderazgo propone que el líder se enfoca más sobre los valores individuales y emociones de la gente que en las tareas y metas, buscando la satisfacción de los empleados creando una armonía entre ellos. Se busca establecer fuertes enlaces emocionales, logrando un efecto positivo en la comunicación, donde se comparten ideas, propuestas, etc. El estilo de afiliación es flexible, permitiendo la innovación y toma de riesgos, al darle la libertad a los empleados para que realicen su trabajo de la forma en que consideren más efectiva. Este líder ofrece retroalimentación positiva para motivar a la gente, buscando lograr un sentido de pertenencia en la organización. También tiene la apertura para expresar sus sentimientos y pensamientos abiertamente con sus empleados. En general, el estilo de afiliación es conveniente usarlo para lograr la armonía en los equipos, incrementar la moral, mejorar la comunicación o recobrar la confianza de los empleados. A pesar de los beneficios que ofrece, algunos problemas que puede provocar si se aplica solo, es que los empleados perciban que la mediocridad es tolerada, ya que no se les exige, así como la falta de observaciones constructivas para mejorar su desempeño. Se recomienda que el estilo de afiliación se acompañe con otro estilo de liderazgo para complementar y lograr un equilibrio entre las metas y las relaciones. Una opción es el estilo autoritario, donde se puede mezclar la visión, estándares y logro de metas, con un liderazgo más humano, enfocado a las emociones y cuidados de la gente, logrando un balance que incremente la productividad y satisfacción del personal.

Estilo democrático.
Este líder busca obtener información de la gente, escuchando sus ideas, propuestas, construyendo la confianza, respeto y compromiso de los empleados. Con el liderazgo democrático se establece la flexibilidad y responsabilidad, sin perder el enfoque realista sobre los cambios que se pueden o no se pueden lograr. Algunas desventajas del estilo democrático son las interminables reuniones para hacer consensos, recabar información, ideas, etc. ya que no se concretan las decisiones. La gente puede sentir confusión y falta de liderazgo, así como provocar conflictos por la misma percepción. Surgen problemas en caso de que los empleados no cuenten con los conocimientos necesarios para ofrecer buenas propuestas, o bien en momentos de crisis donde se requieren decisiones inmediatas. 
Sin embargo, este tipo de liderazgo ofrece los mejores resultados en situaciones donde el líder está inseguro de la dirección a seguir, por lo cual requiere de ideas y propuestas de empleados capaces.


Estilo estructurado (establecimiento de pasos)
Este líder indica estándares de alto funcionamiento de forma extrema, dando el ejemplo en todo momento, ya que es obsesivo para hacer las cosas de la mejor forma y con la mayor rapidez posible, exigiendo lo mismo de sus subordinados. Si las personas no cumplen con las expectativas o requerimientos del líder, éste los reemplaza por otros que puedan hacerlo. Dicho estilo de  liderazgo destruye el clima laboral, ya que los empleados se pueden sentir abrumados con la alta demanda de excelencia en su trabajo. El personal tiende a percibir que este líder no confía en su desempeño laboral, ya que no tienen libertad de trabajar a su manera o tomar la iniciativa de acción. Esto genera un efecto negativo en el ambiente, debido a que la flexibilidad y responsabilidad desaparece, teniendo como consecuencia que el trabajo tenga un enfoque total en la tarea, siendo rutinario y aburrido para la gente. Otro problema es la pérdida de compromiso hacia la empresa, ya que el personal no se siente valorado ni percibe la importancia que tiene su trabajo en el logro de la meta organizacional. Este tipo de liderazgo no tiene efectos negativos cuando los empleados se encuentran altamente motivados, competentes y necesitan de poca dirección y coordinación por parte del líder.

Estilo de entrenamiento (coaching)
Dicho estilo de liderazgo tiene la visión de ayudar a los empleados a identificar sus fortalezas y debilidades, logrando unirlas a sus aspiraciones personales y profesionales. Se motiva a la gente a plantearse metas a largo plazo y conceptualizar planes de desarrollo para alcanzar sus objetivos. El estilo de entrenamiento ofrece instrucciones y retroalimentación adecuada para mejorar el desempeño. El líder asigna a los empleados tareas que representen un reto para ellos, y no se les presiona con el tiempo de entrega. El coaching es el menos usado en las empresas, debido a que muchos líderes no se dan el tiempo para enseñar a la gente e impulsar su crecimiento profesional.
Sin embargo, este liderazgo tiene un impacto positivo en el clima y funcionamiento organizacional. Se pretende mejorar el desempeño personal con el fin de beneficiar los resultados obtenidos. Esto es posible ya que la gente conoce lo que se espera de ellos y el impacto que tiene su trabajo en la visión y estrategia del negocio. Este estilo funciona mejor cuando los empleados están conscientes de sus debilidades y tienen la disposición de cambiar para mejorar su funcionamiento. En contraste, este tipo de liderazgo no aplica cuando los empleados se resisten a cambiar, por lo que no tienen disponibilidad para aprender cosas nuevas.
En la actualidad, muchas empresas pretenden que este liderazgo se convierta en una competencia crítica adquiriendo todos los beneficios que ofrece, impulsando el desempeño de su gente. Los líderes deben tener la flexibilidad necesaria para cambiar de un estilo a otro de acuerdo a las necesidades que se presenten en una situación determinada. Con esto se va a tener mayor sensibilidad al impacto que el líder ejerce sobre otros ajustando su estilo para obtener mejores resultados en el desempeño de la gente. Una alternativa es expandir el repertorio de estilos de liderazgo, lo cual se puede lograr al comprender que competencias de inteligencia emocional son la base de cada uno. Los ejecutivos deben aplicar el estilo de liderazgo indicado en el momento adecuado y en la medida necesaria, donde los resultados se vean reflejados en la rentabilidad de la organización.


Incrementando la Inteligencia Emocional
Con el propósito de incrementar la inteligencia emocional se requiere práctica y compromiso, por lo cual la gente debe estar consciente del valor del cambio ya que si no es así no se va a dar el mismo esfuerzo durante el proceso. Para mejorar las competencias de inteligencia emocional se necesitan meses para lograrlo, debido a que el centro emocional del cerebro y la neocorteza están involucrados. Mientras que la neocorteza, donde se aprenden habilidades técnicas, y habilidades cognitivas, logra adquirir conocimiento rápidamente, el cerebro emocional requiere de mayor esfuerzo. Para adquirir un nuevo comportamiento, el centro emocional requiere repetición y práctica continuo para que logre un cambio positivo.

A fin de concluir la lectura del artículo, le recomendamos integrarlo con la reproducción del siguiente video:


                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te Invitamos a Participar