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Agricultura del Futuro: Cultivos Orgánicos y Sustentables

Fuente: La NaciónWikipedia

El empresario norteamericano Douglas Tompkins desarrolló la primera estación experimental de agricultura orgánica en Entre Ríos y la define como el principio de la nueva economía.

Douglas Tompkins es un ecologista y filántropo estadounidense que se dedica a la conservación, restauración y activismo medioambiental. A diferencia de muchos conservacionistas, Tompkins además ha sido siempre un activista. A través de Foundation for Deep Ecology (FDE), ha publicado una serie de libros activistas sobre diversos temas ambientales, como incendios forestales, la tragedia de la agricultura industrial, ganadería, y la tragedia de la silvicultura industrial. Sumado a esto, FDE tiene una larga historia en la entrega de financiamiento a través de postulaciones, para áreas como la conservación de la biodiversidad.


Como activista que es, su innovación a contracorriente esconde una intención aleccionadora: generar esquemas agrarios sustentables para ser imitados, e introducir, a su vez, un nuevo paradigma de desarrollo basado en la conservación y no en el agotamiento de recursos.

Él lo llama "la nueva economía". A grandes rasgos, su modelo reemplaza al agroindustrial de monocultivos con químicos, que degradan napas y suelos, exterminan especies, deterioran el hábitat y la salud humana y acentúan el cambio climático, por otro económicamente rentable, pero desprovisto de la usura medioambiental: el de la explotación extensiva de policultivos orgánicos con alta diversidad, a través de los cuales las prácticas agrícolas actúan como agentes de conservación integral y de restauración de suelos.


Días pasados en Baltimore, Estados Unidos, el ex dueño de la marca The North Face, que además donó el primer parque nacional marítimo al país, entusiasmó a grandes productores orgánicos con su ensayo: presentó la primera estación experimental de agricultura extensiva libre de químicos de la Argentina, que ocupa sus campos entrerrianos de Laguna Blanca (3150 hectáreas) y Malambo (1050 hectáreas). 

Allí, a orillas del Paraná y en silencio desde 2008, junto con un equipo calificado de ingenieros agrónomos, avanza en un ejemplo rentable de "siembra directa orgánica" con cero labranza, libre de pesticidas. Lo hace rodeado por un mar verde de soja transgénica de los campos vecinos. De lograr éxito con la siembra directa orgánica, su método inscribiría una epopeya en la agricultura mundial

Su estancia modelo tiene además otra singularidad: su enigmática belleza. El campo es un óleo telúrico, pintado por el recorrido de tractores con la paleta cromática de los policultivos. Del lino al maíz; del trigo a la cebada; las pasturas, el abono verde, los bosques nativos (fuera de la producción) y hasta sus dos lagunas (Laguna Blanca y Laguna Negra) construyen una insólita pintura agraria. Observada desde lo alto, parece una ilusión óptica. Sin embargo, es bien real. Las formas sinuosas de las parcelas -en reemplazo de los típicos cuadriláteros agrarios- no son caprichos estéticos ni alardes compositivos.

 ESQUEMA AGRARIO
La alta diversidad en cultivos invernales y estivales es el principio organizativo del campo, que destina sólo un tercio de su superficie (900 hectáreas) a la producción orgánica certificada. Mientras las cosechas en gran escala de lino, trigo, cebada, avena, maíz, moha, sorgo y girasol, entre otros, han logrado ser rentables, otros 13 cultivos en experimentación, reservados a un área de 60 hectáreas, esperan incorporarse al esquema de producción. 

Además de siembra directa de soja orgánica se ensaya con coriandro, colza, mostaza, manzanilla, porotos, arvejas, garbanzos y trigo antiguo, entre otros.
La estancia, que cuenta con 300 colmenas y dos gallineros móviles, se reserva otras 200 hectáreas para 10 variedades de frutales y grandes extensiones de pasturas para la cría de 1000 cabezas de ovinos y el desarrollo de una genética de excelencia: las ovejas Dorper, de gran potencial como raza cárnica. Sólo en el caso de los frutales (almendros, avellanos, ciruelos, damascos, nogales, olivos, pecanes, castaños, higos y granadas), que implican un alto riesgo, ya que no hay experiencias en la zona para su cultivo orgánico, se decidió que por dos años se haga una mínima utilización de químicos (para tratar ciertas plagas y enfermedades), para luego, con mayor experiencia, iniciar la certificación orgánica con la erradicación total de químicos en el sistema", explicó Eduardo Chorén, presidente de LB. 


"El objetivo final -agregó- es la comercialización de productos orgánicos boutique bajo la marca LB." Un emprendimiento similar al que Tompkins realiza en Chile con berries, miel y lana orgánicas que exporta a Europa, y cuyo modelo pretende difundir para impulsar economías regionales sustentables.

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