Resumen: Facundo manes
La corrupción no es exclusiva de la especie
humana, ni tampoco del poder político y empresarial sino también de la sociedad
que a su medida, la ejerce o, al menos, tolera.
La corrupción podría definirse, en un sentido social, como una creencia
compartida, expandida y tolerada de que el uso de la función pública es para el
beneficio de uno mismo, de la propia familia y de amigos. Pero no es una
novedad de estos tiempos.
La corrupción no es exclusiva de la especie humana (se han evidenciado
conductas corruptas en chimpancés, abejas y hormigas). Entre los seres humanos,
tampoco es exclusiva del poder político (aunque la hay) ni de los empresarios
prebendarios (aunque los hay) sino también de la sociedad que a su medida, la
ejerce o, al menos, tolera.
MIRADA MORAL
El tema de la corrupción se ha estudiado desde la sociología y las ciencias
políticas, desde la historia y el derecho. Pero es importante tener en cuenta
que un comportamiento humano puede tener causas al mismo tiempo biológicas,
psicológicas, culturales y sociales, las cuales interactúan para influir y no
son necesariamente disyuntivas. En 2014, la revista científica Frontiers in
Behavioral Neuroscience publicó el resultado
de un experimento en el cual se midió la conductancia de la piel, que es una
medida de variación emocional general, al ofrecer un soborno, recibirlo o
esperar para ver si se había descubierto el hecho de corrupción en el que se
estaba implicado. Se simuló una subasta y se les daba a las personas la
posibilidad de sobornar al subastador para obtener beneficios. Las primeras
veces, podían sobornar libremente pero, luego, el perdedor podía exigir
inspeccionar la operación. Entre los resultados se encontró que tanto
subastadores como sobornadores eran
menos corruptos cuando sabían que podían ser observados.
Si no hay sanción social, se pierde el mecanismo de premios y castigos,
se naturaliza el delito. Mediante el estudio de nuestro comportamiento
evolutivo y la resolución de dilemas morales, se observó que, sin importar
cultura, edad, clase social o religión, el hombre es corrupto por naturaleza:
piensa primero en el bien propio y luego considera reglas morales y sociales;
sus castigos y sus percepciones. No realizar actos de corrupción implica una
actitud prosocial frente a una actitud exclusivamente en pos del bien
individual. La ley y la mirada social influyen positivamente en nuestra
conducta.
CUESTIÓN SOCIAL
La corrupción es una condición ya que, si bien es una decisión individual
cometer actos de este tipo, en realidad no se trata solo de una conducta
singular desviada. En otras palabras, no hay seres humanos corruptos sino una
sociedad corrupta en la cual los seres humanos (dispuestos a la corrupción)
actúan.
EN CONTRA DE LOS
HONESTOS
Dos psicólogos concluyeron que las
organizaciones corruptas se suelen autopercibir como en medio de una guerra que
los hace mantener la actitud de que los fines justifican los medios. Esto tiene
implicaciones en los valores generales de la organización: racionalizar la
falta de ética y castigar a los que no son corruptos. Pero no, esta “guerra” es
solo una coartada del corrupto.
El informe Mente,
Sociedad y Conducta elaborado por el Banco Mundial menciona
que en países adonde la corrupción es una norma aceptada y no hay castigo ni
sanción social para esta conducta, se puede llegar al extremo de que parte de
la sociedad no respete e incluso se burle del funcionario honesto.
EN CONCLUSIÓN
La corrupción no es un detalle ni una
desviación que solo impacta en la moral social. También en la vida de las
personas. En un comentario de la prestigiosa revista científica Nature en 2011, se publicaron estadísticas que
calculaban que el 83% de todas las muertes como resultado de derrumbes de
edificios durante los últimos treinta años ocurrieron en países que padecen,
según los indicadores, los sistemas más corruptos. Todo esto no es inevitable
ni los seres humanos somos así fatalmente. Pero sin castigo, ejemplos y sanción
social la corrupción puede convertirse en norma establecida. No hay excusas ni
tiempos que la apañen. Debemos estar convencidos y convencer porque la
corrupción también es un crimen.