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El Arte de Amar por Erich Fromm (Introducción)


Advertencia al Lector:

La lectura de este libro defraudará a quien espere fáciles enseñanzas en el arte de amar. Por el contrario, la finalidad del libro es demostrar que el amor no es un sentimiento fácil para nadie, sea cual fuere el grado de madurez alcanzado.

Su finalidad es convencer al lector de que todos sus intentos de amar están condenados al fracaso, a menos que procure, del modo más activo, desarrollar su personalidad total, en forma de alcanzar una orientación productiva; y de que la satisfacción en el amor individual no puede lograrse sin la capacidad de amar al prójimo, sin humildad, coraje, fe y disciplina.

¿AMAR O ES SER AMADO?

Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor.
Para alcanzar ese objetivo, siguen varios caminos. Uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita el margen social de la propia posición.

Otro, usado particularmente por las mujeres, consiste en ser atractivas, por medio del cuidado del cuerpo, la ropa, etc. Existen otras formas de hacerse atractivo, que utilizan tanto los hombres como las mujeres, tales como tener modales agradables y conversación interesante, ser útil, modesto, inofensivo. 

Muchas de las formas de hacerse querer son iguales a las que se utilizan para alcanzar el éxito, para «ganar amigos e influir sobre la gente». En realidad, lo que para la mayoría de la gente de nuestra cultura equivale a digno de ser amado es, en esencia, una mezcla de popularidad y sex-appeal.

¿COMPRAR EL AMOR?

Hay en la cultura contemporánea otro rasgo característico, estrechamente vinculado con ese factor. Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. La felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar las vidrieras de los negocios, y en comprar todo lo que pueda, ya sea al contado o a plazos. El hombre (o la mujer) considera a la gente en una forma similar. Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir.
«Atractivo» significa habitualmente un buen conjunto de cualidades que son populares y por las cuales hay demanda en el mercado de la personalidad. Las características específicas que hacen atractiva a una persona dependen de la moda de la época, tanto física como mentalmente.

De cualquier manera, la sensación de enamorarse sólo se desarrolla con respecto a las mercaderías humanas que están dentro de nuestras posibilidades de intercambio.
Quiero hacer un buen negocio; el objeto debe ser deseable desde el punto de vista de su valor social.

¿AMOR O EXCITACIÓN?

Si dos personas que son desconocidas la una para la otra, como lo somos todos, dejan caer de pronto la barrera que las separa, y se sienten cercanas, se sienten uno, ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida. Y resulta aún más maravilloso y milagroso para aquellas personas que han vivido encerradas, aisladas, sin amor. Ese milagro de súbita intimidad suele verse facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. 

Sin embargo, tal tipo de amor es, por su misma naturaleza, poco duradero. Las dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al comienzo no saben todo esto: en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar «locos» el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor, cuando sólo muestra el grado de su soledad anterior.

EL AMOR ES UN ARTE

El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.

El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad. El amor es un poder activo en el hombre; un poder que atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento y separatividad, y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad.

En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.

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Erich Fromm, La Revolución de la Esperanza




La Personalidad según Sigmund Freud y Erich Fromm


En nuestra nueva entrada nos dedicaremos a resumir los principales trazos de la teoría clásica de la personalidad. Para ello utilizaremos como referencia bibliográfica, los desarrollos en teoría psicoanalítica formulados por Erich Fromm en su frondosa y fructífera obra.

Presupuestos Iniciales de Freud
Freud concebía al hombre como un sistema movido por dos grandes fuerzas, tales son, el principio de autoconservación y el de reproducción.

Para Freud, el hombre en su génesis obra como un ser incomunicado cuyo objetivo es la satisfacción completa de su yo y de sus impulsos libidinales, pero también el hombre se identifica como un ser social que necesita de otras personas tanto para satisfacer sus necesidades de autoconservación como sus impulsos libidinales.

En el pensamiento freudiano, esta fase en la definición del hombre se reconoce como "teoría instintiva": la conducta humana se explica desde fuerzas e impulsos instintivos. En la satisfacción incompleta de estos instintos se ven los primeros conflictos del hombre. Freud desarrolla para explicar la relación los conceptos de Eros y Tánatos, esto es, reservados cada uno de ellos en los instintos de la vida y la muerte.

Niveles de la Consciencia
La teoría freudiana de la personalidad nos describe al ser humano formado en una estructura dada por tres niveles de consciencia paralelos, disímiles, pero que de algún modo se comunican entre sí:

1. Nivel consciente, memoria y registro de nuestras experiencias cotidianas, la consciencia es la puerta de entrada mediadora entre el plano del mundo exterior, el proceso de socialización, y el plano del mundo interior. 

La consciencia es la base constitutiva del "Yo", y de todo aquello que consideramos socialmente bueno o civilizado: razón, pensamientos, intenciones, etc.

En la vida cotidiana, la consciencia es representada por el lenguaje y el raciocinio.

2. Nivel preconsciente, registros o memorias latentes de naturaleza insconsciente que permanencen ahí, de forma inmanente en la conciencia, operando e influyendo sobre ella.

3. Nivel inconsciente, sede de las energías e impulsos e instintos básicos del hombre. En la percepción de un ser racional, el insconsciente es una área oscura, amenazante, informe fuente de incivilización.

En la vida cotidiana, el insconsciente se expresa esencialmente en las noches, a través del lenguaje simbólico y los sueños. También lo hace con otro lenguaje olvidado, tal es, la conciencia y expresión de los propios sentimientos.

Como dice Fromm (6), el lenguaje simbólico es un lenguaje en el que las experiencias internas, los sentimientos y los pensamientos son expresados como si fueran experiencias sensoriales o acontecimientos del mundo exterior. Es un lenguaje que tiene una lógica distinta del idioma convencional que hablamos a diario, pues ni el tiempo ni el espacio son categorías dominantes sino lo son la intensidad y la asociación.


Para Freud el insconsciente es la fuente primaria de la irracionalidad. En cambio, para Jung, es la sede de las más profundas fuentes de sabiduría, siendo el nivel consciente la simple intelectualización del mismo.

La incomunicación entre los 3 niveles de consciencia es dada por los llamados "filtros sociales" o mecanismos de represión.

La civilización nos transmite, educación mediante, poderosos filtros sociales:

  • El lenguaje, que mediante sus palabras, sintaxis y gramática nos separa de la experiencia directa.
  • La lógica, como un modo naturalizado de pensar, codificar y percibir la realidad.
  • El contenido de las experiencias, sede de la represión social. Como dice Fromm (4), hay cosas que no sólo no se hacen sino que ni siquiera se piensan. 
En una tribu de guerreros, por ejemplo, cuyos miembros viven de matar y robar a otros, podría haber un individuo que sintiera repulsión. Sin embargo, es muy improbable que tuviera consciencia de la misma pues sería incompatible con el sentir de toda la tribu. Tener consciencia de ese sentimiento, por otro lado, lo condenaría al ostracismo. De ahí que un individuo con tal sentimiento de repugnancia, desarrollará un síntoma psicosomático de vómito (4).

El Yo, el Ello y el Superyo
La arquitectura de la personalidad freudiana complementa los 3 niveles de consciencia con 3 estructuras conformativas del ser. Estas son el Yo, el Ello y el Superyo:

El Yo o Ego es la base de la conciencia del sí mismo, identidad primaria que nos remite a nuestras experiencias. Por lo tanto, el Ego es aquello con que nos identificamos y defendemos de las agresiones externas.


Los sistemas y religiones orientales identifican al Ego como el "espejo del sí mismo" o falsa conciencia, fruto de la separatividad. Entonces, para el budismo zen, el verdadero bienestar comienza cuando el hombre es capaz de trascender la prisión del ego.

El Superyo representa la voz interiorizada de la autoridad. En términos de Fromm (1) el Superyo es la conciencia autoritaria: la conciencia autoritaria es la voz de una autoridad externa interiorizada, los padres, el Estado, o cualesquiera que sean las autoridades de una cultura dada.

A menudo los sentimientos de culpa encuentran su razón en el temor inconsciente a estas autoridades.

El Ello o Íd, es la sede de nuestros impulsos insconscientes. El ello es en términos sencillos, pulsión, instinto, búsqueda de la satifacción, placer.

Los instintos básicos se complejizan a partir de la intervención de los distintos mecanismos y filtros represivos. Entonces Freud identifica dos orientaciones básicas en el comportamiento de un individuo:

  • El principio de la realidad, identificado en forma primaria con el "Yo" y el "Yo social".
  • El principio del placer, alimentado por el Ello, fuente básica de los impulsos.
Carácter y Carácter Social
Aquí nos separaremos un tanto de la teoría clásica freudiana e ingresaremos en forma primaria al mundo psicoanalítico de Erich Fromm.

Fromm concibe a la personalidad como un constructo formado de temperamento + carácter (1):

El temperamento se refiere a un modo de reacción y es algo constitucional e inmodificable. El carácter se forma esencialmente por las experiencias de la persona y en especial, por las de su infancia y es modificable hasta cierto punto por el conocimiento de uno mismo y sus experiencias.

En particular, el carácter es visto como un patrón de comportamiento característico de un individuo. Tanto para Freud como para Fromm, tan importante como identificar los rasgos de carácter es comprender su motivación profunda. 

El comportamiento posee motivos ocultos que deben ser develados. Por ejemplo, el carácter valiente puede motivarse en lo profundo con sentimientos de desapego y amor, tanto como por ambición, egocentrismo o pulsiones suicidas. 


Ahora bien, el carácter, entendido como proceso de orientación del comportamiento, es forjado en la fragua de las convenciones sociales. 
De allí que Fromm conciba el término carácter social, emergente del carácter individual formado en las influencias de las normas colectivas.

En estos términos la matriz económica de una región, son determinantes en la formación de los procesos de socialización. En otros términos, cada cultura y sistema económico "diseña" a los individuos de modo que estos sean útiles o funcionales:

El concepto de carácter social se refiere a la matriz de la estructura caractereológica común a un grupo. Presume que la formación del carácter social es la práctica de la vida tal como es, constituída por la forma de producción y por la estratificación social resultante. El carácter social es aquella estructura particular de energía psíquica que una sociedad dada plasma con el propósito de que resulte útil para el funcionamiento de esa misma sociedad dada.

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REFERENCIAS
(1) Erich Fromm, Ética y Psicoanálisis.
(2) Erich Fromm, La Crisis del Psicoanálisis.
(3) Erich Fromm, El Miedo a la Libertad.
(4) D.T. Suzuki y Erich Fromm, Budismo Zen y Psicolanálisis.
(5) Florentina Moreno, Hombre y Sociedad en el Pensamiento de Fromm.
(6) Erich Fromm, El Lenguaje Olvidado.

Erich Fromm, La Revolución de la Esperanza. Feliz 2014!

La Revolución de la Esperanza

Iniciar el nuevo año con un mensaje profundo, erudito, inteligente y comprometido como el de Erich Fromm no es poco.

Si a ello le sumamos que nuestro querido autor, nos siembra el camino con reflexiones sobre la fe, la esperanza y el carácter, tanto mejor.

Basados en el libro "La Revolución de la Esperanza" de Erich Fromm, los invito a vivir un nuevo y esperanzador año.


Que no es la Esperanza
La esperanza es un elemento decisivo para cualquier intento de efectuar cambios sociales que lleven a una vivacidad, consciencia y razón mayores. Pero a menudo se confunde con actitudes que nada tienen que ver con ella.

¿Qué significa esperar?

Muchos creen que es solo tener anhelos y deseos. Este el tipo de deseo enajenado, conectado con el poder de compra del consumidor, que espera poder comprar un nuevo auto, caso o televisor.

La esperanza tampoco se relaciona con el poder liberarse del hastío o de hallar un estado de mayor vivacidad en la vida.

Sucede que la esperanza, jamás es un acto de pasividad.

Este tipo de esperanza suele relacionarse con el tiempo. El futuro sería la categoría central de toda esperanza. Pero la lejanía deja a las personas con poco que hacer, sin aspirar a nada concreto. Se trata de otra vía de esperanza enajenada, fuera de nuestro alcance, poderes personales y consciencia.


La Esperanza es Paradoja
La paradoja de la esperanza hace de ella, no una espera pasiva ni el violentamiento actual de circunstancias que no se presentarán. Es más bien como el arte de la caza que practica un tigre, agazapado, preparado con todas sus fuerzas para saltar en el momento preciso.

Tener esperanza es estar presto y preparado en todo momento para lo que todavía no nace, pero sin llegar a desesperarse si ello no ocurre en el lapso de una vida. 

Carece de sentido esperar aquello que existe o que puede ser. Esto es sólo una esperanza débil.

En cambio, la esperanza siempre es signo de una nueva vida, y nos debe hallar preparados para ayudar en el advenimiento de este nuevo nacer.


La Fe
La esperanza es un elemento intrínseco de la estructura de la vida y la dinámica del espíritu del hombre. Se halla estrechamente ligada con otro elemento de la estructura vital: la fe.

La fe no es una forma de endeble creencia o de conocimiento. No es fe en esto o aquello.
La fe es convicción acerca de lo aún no probado, el conocimiento de la posibilidad real, la consciencia de la gestación.

La fe, al igual que la esperanza, no es predecir el futuro, sino la visión del presente, es un estado de gestación.

La fe no es predictibilidad indudable. La paradoja de la fe, es que ella es la certidumbre de lo incierto.

La fe se basa en nuestra experiencia de vivir y de transformarnos. Así, la fe en que los demás pueden cambiar deriva de la experiencia de que yo puedo cambiar.

La fe es un acto de propia disposición interna, racional en su génesis. Pero jamás debe confundirse con un acto irracional o con la sumisión a una idea.

En el ámbito de las relaciones humanas, tener fe en una determinada persona significa estar seguro de su centro, esto es, que sus actitudes fundamentales permanecerán y no cambiarán.

Entonces, un acto de fe implica una profunda experiencia de identidad, es decir "yo" legítimamente.

La esperanza es el temple de ánimo que acompaña a la fe, la cual no podría mantenerse sin la disposición anímica de la esperanza. A su vez, la esperanza no puede asentarse más que en la fe.


La Fortaleza
Hay todavía otro elemento vinculado con la esperanza y la fe en la estructura de la vida: el coraje o como dice Spinoza, la fortaleza.

La fortaleza es la capacidad de resistir la tentación de comprometer la esperanza y la fe, y tranformarlas en meros optimismo vacío o fe irracional.

Fortaleza es la capacidad de decir "no" cuando el mundo querría oír un "si".

La fortaleza no puede comprenderse sin otra virtud radical: la intrepidez.
La verdadera intrepidez es aquella que encontramos en la persona totalmente desarrollada, que descansa a sí misma y ama a la vida. 

Plena de contacto con la realidad, la persona intrépida se ha sobrepuesto a la avidez, no se adhiere a ningún ídolo o cosa. Nada posee, y por ello es rico, es fuerte porque no es esclavo de sus deseos. 
Avanzar en este estado de desapego esperanzado, nos llena de fuerza interior, e invita a seguir en el camino de la iluminación.


La Vida en Constante Cambio, como el Río que Fluye
La fe, la esperanza y la fortaleza nos preparan para una vida en constante cambio y que en ningún momento permanece igual.

Bien decía Heráclito, el filósofo del tiempo y el fluir:

Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, pues distintas aguas corren por él. Estamos y no estamos, somos y no somos. 


¡FELIZ 2014!



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REFERENCIAS
(1) Erich Fromm, La Revolución de la Esperanza, Fondo de Cultura Económica.

¿Ser o Tener? Espíritu de Navidad

¿Ser o Tener?
Caminos y extravíos de la conciencia, era un viejo y amado libro del gran Erich Fromm. Su enseñanza bien puede reproducirse en estos días de festejo navideño. Bien nos pregunta Fromm:

¿Ser para tener o
Tener para Ser?

Por supuesto, la Navidad lejos está de ser una etapa de consumo sino de reflexión interior, de buscar y encontrar el propio Ser.

Los invito a disfrutar de algunas de las citas de este pequeño y maravilloso libro.


El Fin de la Ilusión por el Consumo
La gran promesa de un progreso ilimitado ha sostenido la esperanza y la fe desde el inicio de la era industrial. El progreso industrial sustituyó la energía animal y humana por la mecánica, sustituyó a la mente humana por la computadora, y nos hizo creer que nos hallábamos ante una producción y consumo ilimitados.

La técnica nos volvería omnipotentes, la ciencia omnicientes. Estábamos en camino de volvernos dioses, seres supremos que podríamos crear un segundo mundo usando al mundo natural.

Hombres y mujeres tenían nuevos sentimientos de libertad , se convertirían en amos de sus vidas.

La trinidad de producción ilimitada, libertad absoluta y felicidad sin restricciones resultaba en el núcleo de una nueva religión: el progreso y una nueva ciudad terrenal de bienestar reemplazarían a la ciudad de Dios.

Sin embargo, la grandiosa promesa de bienestar chocó de pleno con la realidad humana:

  • La satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es el camino de la felicidad ni aun del placer máximo.
  • El sueño de ser los amos independientes de nuestras vidas terminó cuando el hombre comenzó a darse cuenta que tan solo era un engranaje de una máquina burocrática.
  • La libertad de pensamiento se hace trizas en la realidad de la manipulación masiva por gobiernos, instituciones y medios de comunicación de masas.
  • El progreso económico acentuó la enorme brecha entre países ricos y pobres.
  • El progreso técnico ha creado el cisma de la destrucción de la naturaleza.
¿Porqué Fracasó la Gran Promesa?
Ninguno de los grandes maestros enseño que la existencia real de un deseo constituyera una norma ética, sino que se interesaban por el bienestar óptimo de la humanidad (vivere bene). El elemento esencial de su pensamiento era la distinción entre aquellas necesidades (deseos) que sólo se sienten subjetivamente y cuya satisfacción produce un placer momentáneo, y las necesidades que están enraizadas en la naturaleza humana y cuya satisfacción fomenta el desarrollo humano y produce eudaimonia, o sea bienestar

En otras palabras, se preocupaban por distinguir entre las necesidades puramente subjetivas y aquellas objetivas y válidas, que están en armonía con los requerimientos de la naturaleza humana.

Sucede que el hedonismo radical no puede conducir a la felicidad, pues esta clase de consumo ilimitado no es capaz de producir bienestar.
En nuestra sociedad vemos que somos claramente infelices: solitarios, angustiados, deprimidos, destructivos y dependientes, nos alegramos cuando podemos matar el tiempo que hemos ahorrado con tanto trabajo.

¿Felicidad o Placer?
El placer es sólo experiencia pasiva, opuesta al amor, al bienestar y a la libertad plena. Por vez primera la satisfacción del impulso del placer está en manos de muchos, pero ¿es este el camino que produce felicidad?

La satisfacción del egoísmo individual lejos está de producir armonía y paz interior. La premisa de este carácter avaro es:

Soy cuanto más Tengo

Puesto que mis deseos no tienen límite, debo envidiar a todos quienes poseen más y temer a los que tienen menos. 

La pasión por tener solo engendra avaricia, lucha, encono, represión de los sentimientos y relaciones sinceras por la competencia de la escasez.

Decían los maestros que la avaricia representa un acto de sumisión que vuelve a la gente estúpida.
Sucede entonces, que el hombre moderno se encuentra tan egoístamente ocupado en sus asuntos particulares y presta poca atención a los problemas que trascienden el terreno personal.

Sin embargo, los grandes Maestros de la Vida han enseñado que el camino de la felicidad es otro. 
Buda enseña que para alcanzar la etapa más elevada de desarrollo humano, no debemos anhelar posesiones. Jesucristo enseña que "Quien quiera salvar su vida la perderá pero quien perdiera su vida por mi causa, se salvará, porque:

¿Qué aprovecha al hombre si dominara todo el mundo mientras se pierde a sí mismo?

El Maestro Eckhart enseño que no tener nada y permanecer abierto y "vacío" no permite al ego ser un estorbo en nuestro camino, es la condición para lograr salud y fuerza espiritual.

Descubrimiento
Descubrir es despertar y desperar es una apertura de la conciencia hacia una dimensión superior.

Aquí Fromm nos deleita con un ejemplo del Ser, un poema, escrito por Goethe

Descubrimiento

Me paseaba por el bosque
completamente solo,
y no pensaba
buscar nada.

Vi en la sombra
una florecilla 
brillante como las estrellas
como unos bellos ojos.

Sentí deseo de cortarla,
pero me dijo suavemente:
¿deseas que me marchite y muera?

La tomé
con raíces y todo
y la llevé al jardín
de una bella casa,

Y la planté de nuevo
en un lugar tranquilo
donde ahora ha crecido
y florece.


La Propiedad

Sé que nada me pertenece
sino el pensamiento
que sin grilletes
fluye de mi alma,
y todo momento favorable
que el destino clemente
me permita gozar profundamente.




¡Feliz y gozosa navidad!


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REFERENCIAS
(1) Erich Fromm, ¿Tener o Ser?, Fondo de Cultura Económica.