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10 Tips para ser Más Creativos por Estanislao Bachrach

Fuente: Apertura

1. No haga al mismo tiempo dos o más cosas que requieran comprender una situación y tomar decisiones. El cerebro no es naturalmente multitasking: cada tarea que se le suma, le resta foco a la principal.
2. Organice su semana, preferentemente los lunes o los domingos. Agende las tareas según su importancia y no solamente según su urgencia.
3. Escriba las cosas que tiene que hacer y las ideas que le surgen. Es recomendable sacar las cosas de la cabeza y escribirlas para no gastar energía de más.
4. Resuelva por la mañana las actividades que le requieren mayor concentración. Las actividades que más consumen energía son recordar cosas del pasado, imaginarse el futuro y priorizar.
5. Si tomó una decisión importante, trate de no tomar otra decisión difícil ese mismo día. A veces, por tratar de ser más eficaces, se resuelven muchas cuestiones en un solo día, lo cual es un error porque el cerebro ya está cansado.
6. Desconéctese al menos una vez por día: hágase un espacio para salir a tomar aire o almorzar solo. Ayuda a que el cerebro descanse un rato y luego se distraiga menos.
7. Si se aburre con lo que está haciendo, haga una pausa o escuche música. Es muy recomendable tener un hobby.
Asimismo, las alertas que indican que falta poco tiempo para entregar un proyecto o tarea generan un estrés positivo necesario para ser eficiente.
8. Simplifique hasta un máximo de cuatro alternativas cuando se vea abrumado con mucha información. Está científicamente comprobado que es el número adecuado para hacer una elección sin confundirse.
9. Aprenda a priorizar: Es preferible eliminar cierta información en vez de conocerla toda en detalle, lo cual incrementa el estrés y el riesgo de equivocarse.
10. Conozca sus hormonas: La concentración depende de la dopamina y la noradrenalina. La primera, se estabiliza cuando se hace algo interesante y/o divertido. Y la segunda se regula con actividad física.
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Siete Tips para Optimizar Nuestro Cerebro, por Estanislao Bachrach

Fuente y extracto: iProfesional

En el marco de la conferencia "Cambio: yo, mi equipo, mi organización", organizada por el Departamento de Estrategia y Capital Humano de la consultora CPA Ferrere, el doctor en biología molecular, Estanislao Bachrach habló ante empresarios uruguayos sobre neurociencia aplicada al ámbito laboral. 

Según indicó experto en innovación aplicada a los negocios, autor del bestseller AgilMente y docente e investigador de universidades como Harvard, la neurociencia es "la" ciencia del siglo XXI y las empresas comenzaron a entender que no pueden cambiar para bien si sus empleados no lo hacen. Pero, para que esto suceda, tienen que comprender cómo funcionan sus cabezas.
Durante la conferencia el experto explicó por qué es tan difícil que las personas cambien y por qué no es imposible.
Para explicarse mejor, el doctor por la Universidad de Buenos Aires derribó algunos mitos acerca del cerebro, ese órgano que cada vez más se revela ante la ciencia.

Siete Consejos para ser Más Eficientes


1. Usamos todo el cerebro

"Usamos todo el cerebro", aclaró Bachrach ante los empresarios. Lo que sucede, explicó, es quesólo podemos usar un 2% al mismo tiempo. Por eso, cuantas más actividades en simultáneo queramos meter en la cabeza, "tenemos que apagar otras".

Sobre este punto, agregó que "cuando las actividades son más de las que el órgano puede soportar, surge el estrés". Cuando el cerebro está estresado "pierde la noción de las urgencias", algo que se relaciona con el córtex frontal del cerebro.
"En general, está estudiado que cuando tenés más de cuatro cosas muy urgentes que hacer, empiezan a perder eficiencia todas", indicó. Por eso lo recomendable es "priorizar-priorizar".

2. El multitasking no existe

La actualmente valorada capacidad de realizar múltiples tareas al mismo tiempo simplemente "no existe", aseguró Bachrach, quien desarrolló que el cerebro humano no puede concentrarse en más de una cosa al mismo tiempo.

"Lo que haces cuando haces dos cosas al mismo tiempo es hacer una, apagarla; hacer otra, apagarla; y así sucesivamente", explicó haciendo la mímica de estar accionando un interruptor.
"Intentar practicar el multitasking es la primera causa del cansancio y las equivocaciones: "La sensación es la de ser más productivo, pero es una sensación", aclara.


Estar "hiperconectado", por ejemplo, lo que en realidad hace es "desconectarte", aseguró el científico: "Es lo que se llama atención continua parcial, estar muy atento a algo, pero con la antena parada por si viene otra cosa". Eso es lo que genera cortisol y adrenalina, responsables del estrés.
En la misma línea, Bachrach aseguró ante el auditorio que el cerebro no presta atención todo el tiempo. Durante una conversación, una clase, una conferencia, por ejemplo, está atento al principio y al final. 

3. Reaccionar no es responder

Por lo general, frente a los estímulos negativos las personas reaccionan, no responden. "Al cerebro le es más barato reaccionar", indicó el doctor en biología molecular, y lo ilustró con un ejemplo típico en el ámbito empresarial: molestarse con un superior por un malentendido, reaccionar escribiéndole un mail y finalmente adentrarse en lo que se llama "espiral negativo"."Es imposible no reaccionar si no pones una pausa", aseguró Bachrach.

Para poner un alto al cerebro, es necesario, en primer lugar, cambiar el estímulo visual, por ejemplo, cerrar la casilla de correos, apagar la computadora, irse a caminar.
La neurociencia lo explica así: "Más del 90% de las personas son visuales. El 25% del cerebro está conectado con los ojos". Por eso es mejor cortar con el estímulo visual negativo, explicó el investigador.

4. Respirar profundo y enderezar la espalda hace bien

"Cuando respiramos profundo el oxígeno entra en el cerebro, creando más venas y arterias. Si no hay venas, las neuronas se mueren (por eso se dice que el ser humano no sobrevive más de dos minutos sin respirar)", aclaró Bachrach. Es que el cerebro es el órgano más tóxico del cuerpo y las venas y arterias son fundamentales para desintoxicarlo.

Una recomendación del mismo estilo es igual de útil: sentarse o caminar con la columna derecha. "Esto hace que los neurotransmisores circulen de forma más eficiente", aseguró.

5. Cambiar el comportamiento no es cambiar

"Maximizar el placer y minimizar el dolor" es el objetivo constante del cerebro, un órgano "muy egoísta", bromeó el especialista. "Solo le importa pasar bien" y "no sabe que hay un mañana", agregó. Por eso es importante lo que la persona pueda hacer con la mente, el "software, donde están los pensamientos".

El cerebro es como el "hardware, donde está el cableado, las neuronas", comparó en una analogía con la informática. Por ejemplo, si una persona es pesimista y todos los días, todo el día, piensa de forma negativa, muy difícilmente se levantará una mañana sintiéndose optimista. Lo que va haciendo es "cablear" el cerebro para que piense en negativo.
Pero esto se puede cambiar, aunque sea difícil y requiera trabajo. "El cerebro está como en piloto automático", es decir que, si no se lo detiene, "sigue solo", con su único objetivo de sobrevivir. Pero el cambio, para la neurociencia, no se resume en modificar la forma de actuar o de comportarse, sino de pensar. "El verdadero cambio está en la cabeza", confirmó.

6. Es posible evitar las acciones involuntarias

"El libre albedrío casi que no existe", afirmó Bachrach, quien explicó que la mayoría de nuestras acciones son involuntarias o, al menos, se generan sin que tomemos una decisión previa sobre ellas. Sin embargo, las personas tenemos lo que se llama "poder de veto", es decir, la posibilidad de decir "no" a las órdenes que da el cerebro.

Estudios recientes en neurociencia demuestran que cuando vamos a realizar un acto involuntario (por ejemplo, mover la mano mientras hablamos), el cerebro envía la orden 0,5 segundos antes. En 0,3 segundos, la persona puede darse cuenta de que la orden llegó, por lo que "tiene 0,2 segundos para decidir no hacerla", afirmó Bachrach.
Este nuevo conocimiento se aplica a las personas con trastornos obsesivos-compulsivos, a quienes se les explica que su problema es que el cerebro envía esas señales con demasiada frecuencia. 

7. La mayoría de nuestras decisiones son emocionales

Contrario a lo que podría creerse, la razón no es la que manda al momento de decidir en la mayoría de los casos. De hecho, "más del 90% de nuestras decisiones son emocionales", incluso aunque no nos percatemos de ello, afirma Bachrach.

En un mismo sentido, la interacción social es una cuestión "de vida o muerte" para el cerebro: "Las necesidades sociales (para este órgano) son tan importantes como el agua o la comida", asegura el experto.
Tal es así que existe evidencia científica de que las personas solitarias tienen una expectativa de vida de entre 5 y 10 años menos que aquellas que interactúan con otras. "Y esa relación no la sustituye la televisión, el celular ni la tableta", aclaró Bachrach.

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¿Cómo Podemos Cambiar? Neurociencias por Estanislao Bachrach


Vivimos queriendo cambiar aspectos de nosotros mismos que no nos hacen felices. "Comienzo la dieta el lunes", "me gustaría ser distinto en el trabajo", "si puediera subir a un avión". El miedo al fracaso nos deja a mitad de camino. ¿Por qué los cambios nos cuestan tanto?

Una de las razones es que nuestra compleja mente tiende a la homeostasis, es decir, equilibrar los movimientos en una sola dirección con mínimos movimientos en la dirección opuesta. Si te sientes confortable con tus pensamientos, sentimientos, emociones y comportamientos eres consistente como persona. No hay motivo para cambiar.


Pero sino, entras en conflicto. Cambiar en muchas ocasiones implica entrar en conflicto.

El cambio nos aleja de nuestras posiciones y sitios de placer, pero a la vez nos acerca al desarrollo y evolución personal.

AUTOMATIZADOS

A diario respondemos en forma automática. Nos comportamos y reacciones siempre de iguales formas. Esto no es casual. Estas reacciones obedecen a patrones cerebrales fuertemente establecidos que se van construyendo a lo largo de la vida. Ante disparadores y eventos similares, tendemos a reaccionar igual.

Sucede que el cerebro nos atrapa en sus patrones y rutinas.

La buena noticia es que el cerebro posee la capacidad de cambiar, y ello está, con mucho esfuerzo, a nuestro alcance y dominio.

Entonces las elecciones pueden ser tanto determinados por los otros o el contexto, como realizadas por nosotros mismos. ¿Podemos ser los autores e intérpretes de nuestra propia historia?

LA CUESTIÓN DE CAMBIAR

Cambiar o no cambiar, esa es la cuestión. ¿Es posible? Si. ¿Es sencillo? Si. ¿Es fácil de lograr? No.
Tu mente posee la capacidad de cambiar los patrones aparentemente fijos y para ello debes autoconcerte bien.

¿Qué es mente? ¿qué es cerebro? La analogía es del software y el hardware, la mente es tu software y el cerebro su espacio de contención físico, el hardware. Las conexiones entre neuronas establecen redes o circuitos conectados entre si. A estas conexiones se las llama sinapsis.

En cambio la mente está compuesta de pensamientos y emociones. Ellos corren cuan sistema operativo a través de la estructura del cerebro.

Lo importante es que si modificas tus rutinas mentales, pueden afectar y modificar de manera definitiva a tu cerebro. El entrenamiento y el autoconocimiento son las llaves.

El potencial de aprender, crecer y desarrollarnos, y nuestro potencial, es aun desconocido para nosotros. Pero la ciencia demuestra que su capacidad es enorme, y que no declina con la edad.

Las creencias sobre tus oportunidades para cambiar, resultan determinantes en el éxito o fracaso del poder hacerlo. El creer en el poder cambiar es la llave.

APRENDIZAJE Y SUPUESTOS

Siempre partimos de supuestos y modelos más o menos implícitos y establecidos. Nos decimos a nosotros mismos "yo soy bueno en esta actividad" o "no sirvo para esta otra"....Es cierto que la genética y las influencias culturales hacen suficiente para condenarnos al estatismo. Pero no basta.

Las neurociencias tienen una buena noticia. Es importante saber quién eres y cuáles son tus objetivos. Ello es determinante para poder cambiar.

En su mayor parte los cambios requieren de energía, tiempo, paciencia, voluntad, entereza. En definitiva, cambiar es sinónimo de aprender y mejorar.

¿Podemos descubrir los patrones que nos guían? ¿Qué supuestos en nuestras vidas resultan incuestionables?

PRIMEROS OBSTÁCULOS

El primer obstáculo real para el cambio es nuestro sentido de continuidad. Nos gusta pensar que nuestra identidad permanece estable durante el tiempo. Lamemos a ello la concepción de "este soy yo".

El dilema es que ser "este soy yo" se siente amenzado apenas cambian los patrones de comportamiento. Entonces cambiar implica armonizar el viejo "soy yo" con el nuevo "este soy yo".

Desde las neurociencias, cambiar implica alinear nuestras expectativas y objetivos con nuestros pensamientos y emociones. 

MAPAS Y CONSCIENCIA

Conócete y reescribirás tu historia personal. Tal es la conclusión a la que arriban las neurociencias. 

Sucede que tus respuestas, tus emociones y pensamientos están "cableados" formando en el cerebro un mapa cerebral.

La gran mayoría de tus hábitos se han forjado en las decisiones que has tomado en el pasado. Ahora mismo piensas y percibes el mundo a través de estos mapas. 

Una de las principales cosas que se aprende de los mapas, es que aquello que pensamos, sentimos o hacemos está lejos del control consciente. Son automáticos. 

Sucede que tu consciencia es como un pasajero que viaja de polizón en un gran trasatlántico. Quien lo conduce es el cerebro con su compleja ingeniería, no nosotros. 

La consciencia surge como un detrás de escena de una compleja maquinaria. La intención de este libro es poder cambiar, desde la mente, los patrones que determinan el hardware cerebral y la orientación de nuestro ser conscientes.

EJERCICIO DE AUTOCONOCIMIENTO

Comprometerte a cambiar en tu vida personal o profesional puede ser muy emocionante y a la vez abrumador. Por ello te propongo que diseñes un mapa de tu propio territorio que te indique hacia dónde ir. 

Toma nota de todo en un pequeño diario o libreta. Primero define cuál ha de ser tu nuevo camino. Identifica y define al menos un objetivo personal y otro profesional. 

Ahora define un punto de partida. Este debe ser un punto inquebrantable, aquellas cosas que no has de negociar de ninguna manera. 

Identifica los pensamientos, prejuicios y supuestos que se esconden detrás de tus acciones. ¿A qué temo? ¿Porqué?

Y sobre todo, mantente bien parado y orienta tus pensamientos hacia su norte. 



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Agilmente, Neurociencias para ser Más Creativos


Los avances tecnológicos realizados en los últimos diez años en el campo de las neurociencias han
sido fascinantes. En especial, aquellos centrados en comprender mejor el cerebro y su íntima relación con la mente. Por primera vez, la tecnología puede ver dentro de nuestra cabeza el cableado eléctrico de células que nos permite crear nuevas conexiones a partir de las ya establecidas por nuestra experiencia.

Nos encontramos en un momento clave para entender todo lo que hoy sabemos sobre cómo
funcionamos, quiénes somos y cómo somos los seres humanos cerebralmente.

Vivimos en una sociedad globalizada, donde productos y servicios son cada vez más parecidos y a
menudo se vuelve difícil diferenciarlos entre sí. La tecnología y el conocimiento técnico son cada vez más fáciles y baratos de conseguir, estemos en Singapur, China, Chipre, Jamaica o Argentina. Muchos de los conocimientos tan deseados y buscados en el siglo pasado ya no representan un desafío. Empresas, gobiernos y organizaciones requieren de la creatividad de su gente para sobresalir del resto. Son las personas más empáticas y creativas las que hacen la gran diferencia en la sociedad, en la economía, en la educación y en el comercio. 

La lógica, tal como la entendemos, es necesaria pero no suficiente.

Las organizaciones buscan tener entre su gente a aquellos capaces de sentir empatía con el otro —llámese cliente, empleado, colega, socio o alumno—, para comprender mejor sus necesidades, inquietudes, gustos, satisfacciones y expectativas.

El mensaje de las neurociencias es simple: el cerebro tiene la capacidad de regenerar y seguir aprendiendo hasta nuestros últimos días . Todos podemos ser más creativos si utilizamos las técnicas y los métodos correctos para estimular esas neuronas y sus conexiones.

ÁgilMente trata sobre nuestro talento mental más preciado: la habilidad que tenemos para
imaginarnos cosas que nunca existieron y para ser creativos.


NO MÁS PATRONES

Seas quien seas, tu mente puede cambiar y sólo depende de vos. No importa cuán creativo te consideres o te consideren los demás, eso puede mejorar. Tu creatividad puede expandirse. Por mucho tiempo los gurúes de la creatividad, algunos acertados y otros no tanto, te decían según su experiencia personal o intuición cómo ser más creativo. Hoy, la neurociencia combinada con la tecnología de avanzada es clara y concisa: tu cerebro puede seguir aprendiendo y cambiando hasta el momento en que morís, propiedad conocida como
neuroplasticidad. No importa qué te haya pasado en tu vida o qué genes te hayan tocado; tu mente, es decir, la forma en que usás tus pensamientos, puede modificar la estructura y anatomía de tu cerebro.
Quiero compartir con todos ustedes estos conocimientos y ayudarlos a
ser más creativos, lo cual además trae aparejada, como si fuera poco, una vida más plena y feliz.

¿Cómo llegamos los humanos hasta aquí? Podríamos decir que seguimos en la Tierra en particular
gracias a dos movimientos continuos: la evolución biológica y la cultura. La creatividad sería así el equivalente cultural del proceso de los cambios genéticos que da como resultado nuestra evolución.

Hoy sabemos que ciertas mutaciones permiten que algunos individuos desarrollen un sistema nervioso en el cual descubrir cosas nuevas, fundamental para el desarrollo de la creatividad, estimula los centros de placer del cerebro.

Una persona muy creativa puede cambiar un meme. Y si una cantidad apropiada de otras personas considera que este cambio es una mejora para la sociedad, entonces se convierte en una parte nueva de la cultura. Nuevas canciones, nuevas ideas, nuevas máquinas, de eso se trata la creatividad. Pero los memes no suceden de manera automática.

Gran parte de nuestro tiempo está comprometido con tareas de supervivencia y con el día a día de nuestros hogares y trabajos. Significa que para llegar a ser muy, o más, creativo en alguna disciplina, o en algún ambiente en particular, uno tiene que tener una cantidad de atención disponible para poder lograrlo.

NO PIENSO LUEGO EXISTO

En la escuela primaria empezamos a jugar cada vez menos. Nuestra educación está basada en procesar información sobre lo que ya sucedió, sobre lo que pensaban muchas de las personas que ya no existen y sobre qué es lo que existe hoy. Es decir, la gran mayoría de nuestras respuestas se basa en información conocida. “Respuesta” y “responso” tienen la misma raíz etimológica, responso es el rezo que se hace a los difuntos. Forzando los términos, hay algo ya muerto en las respuestas que damos. Lo que sucede al hacer esto es que estamos dejando de pensar. Nos enseñan a no pensar. En otras palabras, cuando pensamos que conocemos las respuestas, basados en nuestra educación, en ese momento nuestros pensamientos mueren. Y éste es el motivo por el cual a muchos de nosotros nos cuesta tanto usar nuestra imaginación y creatividad para desarrollar ideas nuevas. Nuestras ideas están estructuradas de manera fuerte y predecible en propiedades muy particulares, categorías o conceptos muy determinados. Pensar de manera creativa requiere la habilidad de generar asociaciones y conexiones entre dos o más temas bien diferentes. De esta manera se pueden crear nuevas categorías y nuevos conceptos, pero no nos enseñan a procesar la información así.

EJERCICIOS CREATIVOS

El pensamiento creativo es pensar productivamente. Al enfrentarnos con un dilema, preguntarnos
primero cuántas formas distintas hay de mirar ese problema, cuántas formas de repensarlo, de resolverlo, en lugar de preguntarnos qué hemos aprendido para solucionarlo. La idea es tratar de llegar a diferentes respuestas, muchas de las cuales quizá sean muy poco convencionales y algunas, posiblemente, únicas.
Además, el pensamiento reproductivo, que nos caracteriza, fomenta un pensamiento muy rígidoDebido a esto, muchas veces fallamos al intentar resolver un problema. En general, las respuestas que encontramos son muy similares o al menos superficialmente similares a experiencias pasadas. El pensamiento reproductivo nos conduce a ideas típicas y poco originales. 


Si vos siempre pensás de la manera en que siempre pensaste, vos siempre vas a obtener las mismas viejas ideas que siempre obtuviste.



CONCEPTUAL BLENDING HISTÓRICO
Cuando estudiamos los grandes inventos, de este siglo y del pasado, podemos preguntarnos: ¿Somos más creativos hoy que hace cien mil años? Pero ¿y el fuego, la lanza, la rueda, la canoa, la agricultura…? 
La primera gran idea creativa de la humanidad quizás haya sido el hecho de poder hacer fuego frotando dos rocas. Puedo imaginarme a esos primeros humanos observando en las tormentas algunos de los rayos que caen en la tierra y encienden fuego un árbol, y cómo el viento ayuda a que ese fuego se propague en la sabana africana. También me los imagino utilizando el ruido del choque de dos rocas para ahuyentar a algunos depredadores. Al hacer esto verían, en ocasiones, el chispazo que podían producir estas dos rocas chocando. Estos humanos —sin haber recibido una educación formal como muchos de nosotros— realizaban en sus mentes una mezcla de conceptos. Las rocas al chocar, los rayos al caer sobre los árboles prendiéndoles fuego, y el viento al esparcirlo. Mezclaron estos conceptos y crearon el fuego con sus propias manos, chocando dos rocas y frotando palos. No había escuelas para enseñarles cómo hacer fuego, no había científicos ni artistas ni filósofos. Nada que estructurara la imaginación de estas personas, ésta era absolutamente pura. Pensaban de la manera con la que habían nacido para pensar, es decir, de manera natural y espontánea. Podían combinar conceptualmente distintas esencias, funciones, características, patrones que ellos percibían en el ambiente o el contexto donde vivían.

Algunos expertos antropólogos, por ejemplo, especulan que aquellas primeras personas se inspiraron al observar las telarañas e hicieron las redes para atrapar insectos, cazar animales más grandes y pescar. Combinaron conceptualmente, y luego integraron, los huesos, las piedras y las maderas e hicieron distintas herramientas o armas para poder cazar y matar distintas presas. En esa misma época, pintaban y dibujaban las experiencias por ellos vividas, contando así sus historias. Es allí donde nace el arte.


TÉCNICA DE LAS SEIS PALABRAS
¿Cuál es la esencia de tu desafío creativo? ¿Podés escribirlo y describirlo en una frase con sólo seis
palabras? “Hacer lo que es imposible hacer.” “Clientes felices de consumir mi producto.” “No me
levo ninguna materia a marzo.” “Suerte que todavía no me casé”, etcétera.
Reducir un problema complejo en una frase simple de seis palabras estimula tu imaginación. Para poder generar, creativamente, distintas asociaciones y conexiones entre temas diferentes se necesita mezclar conceptos. Esto es una de las formas de pensamiento creativo. Como veremos a continuación, para lograr la mezcla de conceptos (conceptual blending) hay que desinhibir los pensamientos y dar lugar a diferentes posibilidades. 



Mezclar dos o más conceptos en un mismo espacio mental da forma a las nuevas ideas. Los niños son expertos en conceptual blending. Cuando somos pequeños, nuestros pensamientos son como un vaso de agua: inclusivos, fluidos y claros. Todo se mezcla con todo y todo se puede combinar, realizando un montón de conexiones y asociaciones posibles. Por eso, los chicos son creativamente espontáneos. Pero en la escuela nos enseñan a definir, segmentar, segregar y etiquetar en categorías separadas. Estas categorías permanecen divididas toda nuestra vida y no se tocan entre ellas. Es como si ese pensamiento líquido de los chicos se congelase dentro de cubeteras. Cada cubito representa una categoría; dicho de otra forma, nuestros pensamientos se congelan.
Pablo  Picasso decía que todo niño es un artista, y el problema es cómo permanecemos o cómo continuamos siendo artistas una vez que crecemos.

UNO MÁS UNO IGUAL UNO
Volvamos al presente y veamos los patrones de pensamiento lógico en acción. Supongamos que me enfrento con el siguiente desafío creativo: “Ideas para mejorar piscinas o la experiencia de los nadadores en las piscinas”. Como yo sé con exactitud —porque lo aprendí en el pasado— qué es una piscina, mis patrones dominantes de pensamiento irán a descongelar el cubito de hielo “categoría piscinas” para buscar allí una respuesta a mi desafío. No importa cuántas veces descongele ese cubito, lo máximo que podré lograr, o crear, es una mejora muy marginal. Mis recursos están limitados sólo a lo que aprendí sobre las piscinas y los nadadores. 
Ahora imaginemos que logro derretir otro cubito “categoría grúas de construcción” y lo pongo en el mismo vaso, con el de “categoría piscinas”. Si se derriten juntos y se mezclan, se convierten en algo fluido. Uno más uno es igual a uno, no a dos. Al mezclar esa agua voy a empezar a asociar y conectar un montón de posibilidades mucho más creativas. Puedo pensar en una piscina que se eleve como si fuese una grúa, en una piscina de acero o incluso en una con poleas para moverla de un lugar a otro. La mezcla de conceptos puede conducir a efectos extraordinarios y, muchas veces, sugerir o aportar ideas totalmente creativas o nuevas. Hasta podríamos decir que la creatividad en cualquier tipo de disciplina, ya sea arte, ciencia o tecnología, o en el día a día, surge cuando la mente puede mezclar conceptos o temas totalmente distintos. Es más, al revisar las ideas más creativas que han ocurrido en la historia de la humanidad, éstas siempre surgen de la combinación de viejas ideas; en otras palabras, la combinación novedosa de cosas ya conocidas.



Estamos educados para ser pensadores lógicos y analíticos. Por ello, nuestra habilidad para hacer
asociaciones entre temas que están poco o nada relacionados no es muy buena. Nos resulta muy difícil asociar cosas que al parecer no están conectadas, como la piscina y la grúa. Esta escasa destreza para asociar conceptos poco relacionados limita muchísimo nuestra habilidad para ser creativos. Construimos paredes mentales entre distintos conceptos, cubitos de hielo en cubeteras separadas.

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REFERENCIAS
(1) http://www.elmundo.es/america/2012/12/06/argentina/1354798193.html
(2) http://books.google.com.ar/books?id=nWpUKuB0oz0C&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false