PSICOECONOMIA
Desde que el israelí Daniel Kahneman ganó el Premio Nobel de Economía en 2002 por sus estudios sobre la "economía del comportamiento" y la toma de decisiones bajo incertidumbre, han pasado muchas cosas. Entre ellas, una economía global en crisis, mercados financieros desplomados y una foto de Barack Obama, mejor dicho, una foto del libro que estaba leyendo Barack Obama los días previos a las elecciones presidenciales de 2012: nada menos que Pensar rápido, pensar despacio, el best seller mundial de Kahneman que cruza las teorías de Adam Smith y Keynes con las enseñanzas provenientes del campo de la psicología. En el centro de esta lectura, un dato que llena las fibras de aliento: Obama, al igual que líderes de otros países como Inglaterra, Francia o Canadá, buscan cómo aplicar las lecciones de la psicoeconomía y la economía de la felicidad en sus políticas públicas. Es más, fundamentalmente bajo el halo de Kahneman, la psicoeconomía comenzó a permear la esfera pública, pero también los ámbitos académicos, lo que demuestra lo que ya todos presentían: la economía clásica estaba agotada. "Una abundante literatura científica revela cientos de resultados que no coinciden con las predicciones de los modelos económicos tradicionales que se enseñan en la mayoría de las universidades del mundo", dice el economista Martín Tetaz desde su libro Psychonomics, el baluarte local de la metaciencia que se viene.

GIMNASIA CEREBRAL
Según Nestor Braidot es un entrenamiento para lograr la autoconciencia, mejorar la toma de decisiones, expandir la concentración, la memoria y la racionalidad. ¿El objetivo? Mejorar la toma de decisiones, tanto en el ámbito empresario como en nuestra microeconomía hogareña, y tener, claro, conciencia de las variables del mundo que nos rodea. Así, Braidot dirá cosas como: "Hay que entender que el consciente no gobierna las acciones, el que gobierna es el metaconsciente. Yo me ocupo de enriquecer el metaconsciente". O también: "Hoy el foco no es agregar cantidades de fórmulas, cantidades de libritos, sino cómo hacer para que esas fórmulas y libritos trabajen en tu cerebro y te den la capacidad de crear nuevas fórmulas y nuevas ideas, ser más creativo y eficiente".
"La meditación trabaja sobre los neurocircuitos de la concentración", explica Braidot, que duerme cinco horas diarias, medita por la mañana y por la noche y escribe bien temprano, en estado de trance. Brindó cursos en agencias de seguros y empresas globales, dirigió estudios de marketing y dio el puntapié inicial para la creación de la Neuroseguridad Industrial, un trabajo de campo que, ejercitando determinadas zonas cognitivas, apunta a aumentar la concentración sostenida de los operarios. Cuando puede, viaja a la India. La última vez, bajo un manzano, escuchó la arenga espiritual del presidente de la empresa textil más importante de Oriente. Lo que se viene, afirma, es la aplicación de conceptos de la física cuántica dentro del universo de la economía. Pequeñas partículas que cambian su consistencia molecular ante el observador. Reaccionan. O accionan, a la manera de Braidot.
¿CÓMO ENTRENAR EL CEREBRO?
Además de ir al gimnasio para tener un físico en buenas condiciones, hay que hacer gimnasia cerebral para tomar buenas decisiones. Por lo contrario, la consecuencia será la deriva fortuita.
El entrenamiento neurocognitivo, donde se potencia la concentración, la atención selectiva y la atención dividida, la toma de decisiones, funciones ejecutivas; y el entrenamiento de autoliderazgo emocional, es decir, cómo puedo tener consciencia de mí mismo, someterme a autobservación y dirigir mi comportamiento.

EJERCICIO
Cuando veas la próxima película, quítale el sonido e intenta interpretarla sólo a través de la imagen. Al día siguiente, haz lo contrario, escucha sólo el sonido, de este modo empezarás a potenciar tus habilidades de percepción de uno y otro sentido. Al final, comprenderás mejor el mundo que te rodea y a las personas y, por consiguiente, tus decisiones serán más acertadas.
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