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10 Tips para Mejorar tu Concentración cuando Trabajas


Exámenes, redacción de informes, resolver problemas laborales… Muchas de nuestras actividades diarias requieren una buena dosis de concentración, y es que además ésta capacidad es muy importante en relación al aprendizaje y la memoria. Sin embargo, la dificultad para resistir las distracciones o de mantener un buen nivel de atención durante tiempos largos son dos quejas más que frecuentes entre la gente. Aquí te pasamos algunos trucos para ayudarte a concentrarte mejor:

1.    Usa tu metacognición. Aprender cómo funciona la atención en general, los distractores que más te afectan a ti, cuando empiezas a fatigarte, son aspectos fundamentales que te ayudarán a gestionar mejor tus recursos atencionales.



2.    Haz descansos periódicos y mejor en entornos naturales. Diversos estudios como el  realizado por Marc G. Berman y sus colaboradores de la Universidad de Michigan en 2008 han mostrado el poder de los ambientes naturales como los bosques y parques para reducir la fatiga atencional. Así que, busca un parquecito y date un pequeño paseo cada dos horas aproximadamente.


3.    Entrena tus capacidades cognitivas. Cada vez son más las publicaciones científicas que dicen que mejorar las capacidades mentales es algo posible. Jolles y sus colaboradores publicaron en 2013 que el entrenamiento en memoria de trabajo promovía cambios en la conectividad entre estructuras de la red fronto-parietal del cerebro, implicada en el procesamiento de la atención. Así, los programas de entrenamiento online podrían suponer una opción más innovadora y divertida que te permite ejercitar tus capacidades de concentración donde quiera que estés.



4.    Modifica tu entorno. Es muy recomendable que elimines de tu entorno la mayor cantidad de distractores posibles. La televisión, gente hablando, música de tu grupo favorito captarán tu atención impidiendo que la dediques a la tarea importante. También es importante que estés cómodo, así que no olvides controlar la temperatura de la habitación, usa una silla cómoda, etc.


5.    Practica la meditación. En 2007 un equipo de investigadores liderados por Yi-Yuan Tang, describieron en un artículo publicado en la revista científica PNAS que entrenar 20 minutos al día durante cinco días era suficiente para mejorar el rendimiento en un test de atención, además de reducir la ansiedad y la fatiga.



6.    Usa estrategias para controlar tus pensamientos. Si ves que te distraes y estás pensando en otra cosa, repítete una frase ‘reorientadora’. Decirse a sí mismo palabras como ‘Concéntrate’, o ‘Vuelve al estudio’ te ayudarán a parar el pensamiento y volver a centrarte en el contenido de lo que estás haciendo.



7.    Juega a videojuegos. En un estudio ya clásico de la Universidad de Rochester (Nueva York) publicado en Nature, se observa que aquellas personas que jugaron a videojuegos de acción mejoraban su atención selectiva visual, eran capaces de atender a más estímulos y eran más eficientes en la forma de usar sus recursos atencionales.


8.    Cambia de contenidos. Esto evitará que te aburras haciendo todo el día lo mismo. Alterna materias o tareas y también su grado de dificultad, o el tipo de estrategias de aprendizaje que debes poner en marcha. Si evitas saturarte mantendrás la motivación.



9.    Organízate para controlar la ansiedad. A veces tenemos tantas cosas que hacer que no sabemos por dónde empezar, y cuando nos ponemos, nos invaden pensamientos y preocupaciones sobre lo que todavía nos queda por hacer. Una buena estrategia para evitar esos pensamientos distractores es organizar las actividades diarias y mantener un horario, ello facilitará que nos centremos cada momento en la tarea que nos toca realizar.



10.    Haz ejercicio físico. Todo un cuerpo de publicaciones apunta en la dirección de que el ejercicio físico mejora el rendimiento cognitivo. Michele T. Tine y Allison G. Butler publicaron en 2012 un artículo en la revista Experimental Educational Psychology en el que demostraron que el ejercicio aeróbico breve (12 minutos) mejoró la capacidad de atención selectiva en un grupo de niños.


Sabemos que la tarea es dura, así que no olvides reforzarte por el esfuerzo. Eso sí, es importante que al premiarte, lo hagas por haber cumplido un objetivo concreto. Por ejemplo, si te apetece levantarte ‘a ver qué hay en la nevera’, hazlo cuando hayas completado una parte de tu trabajo, pero no por dejarlo a medias. Así el premio te sabrá mejor.

Marisa Fernández, Neuropsicóloga Senior, Unobrain



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Vamos al Gimnasio Cerebral, por Nestor Braidot


PSICOECONOMIA
Desde que el israelí Daniel Kahneman ganó el Premio Nobel de Economía en 2002 por sus estudios sobre la "economía del comportamiento" y la toma de decisiones bajo incertidumbre, han pasado muchas cosas. Entre ellas, una economía global en crisis, mercados financieros desplomados y una foto de Barack Obama, mejor dicho, una foto del libro que estaba leyendo Barack Obama los días previos a las elecciones presidenciales de 2012: nada menos que Pensar rápido, pensar despacio, el best seller mundial de Kahneman que cruza las teorías de Adam Smith y Keynes con las enseñanzas provenientes del campo de la psicología. En el centro de esta lectura, un dato que llena las fibras de aliento: Obama, al igual que líderes de otros países como Inglaterra, Francia o Canadá, buscan cómo aplicar las lecciones de la psicoeconomía y la economía de la felicidad en sus políticas públicas. Es más, fundamentalmente bajo el halo de Kahneman, la psicoeconomía comenzó a permear la esfera pública, pero también los ámbitos académicos, lo que demuestra lo que ya todos presentían: la economía clásica estaba agotada. "Una abundante literatura científica revela cientos de resultados que no coinciden con las predicciones de los modelos económicos tradicionales que se enseñan en la mayoría de las universidades del mundo", dice el economista Martín Tetaz desde su libro Psychonomics, el baluarte local de la metaciencia que se viene. 

GIMNASIA CEREBRAL
Según Nestor Braidot es un entrenamiento para lograr la autoconciencia, mejorar la toma de decisiones, expandir la concentración, la memoria y la racionalidad. ¿El objetivo? Mejorar la toma de decisiones, tanto en el ámbito empresario como en nuestra microeconomía hogareña, y tener, claro, conciencia de las variables del mundo que nos rodea. Así, Braidot dirá cosas como: "Hay que entender que el consciente no gobierna las acciones, el que gobierna es el metaconsciente. Yo me ocupo de enriquecer el metaconsciente". O también: "Hoy el foco no es agregar cantidades de fórmulas, cantidades de libritos, sino cómo hacer para que esas fórmulas y libritos trabajen en tu cerebro y te den la capacidad de crear nuevas fórmulas y nuevas ideas, ser más creativo y eficiente".  

El gimnasio cerebral que propone Braidot apunta a potenciar la percepción, a reconocer e identificar las emociones propias y ajenas en pos de la racionalidad, dirigir el pensamiento y enfocarse en el aquí y ahora. Sus alcances van desde el ahorro y los gastos diarios hasta la influencia de estrategias publicitarias y de marketing y las resonancias de grandes decisiones empresariales. A la hora de alcanzar la autoconciencia emocional, el primer paso es la meditación. Sí, el gran ohm que se ha colado desde hace casi una década en el empresariado mundial. Hoy, el llamado mindfulness ("atención plena" o "presencia mental" pueden ser buenas traducciones) se utiliza en distintas patologías clínicas, médicas y psicológicas que atraviesan el dolor crónico, la ansiedad o el estrés. Es más, hay variados estudios que confirman que, durante la meditación, se producen cambios en las estructuras de nuestro sistema nervioso central: áreas de la corteza prefrontal que se encienden, asociadas a emociones y funciones sociales, y otras que disminuyen su actividad, como la amígdala, asociada a las emociones negativas. 



"La meditación trabaja sobre los neurocircuitos de la concentración", explica Braidot, que duerme cinco horas diarias, medita por la mañana y por la noche y escribe bien temprano, en estado de trance. Brindó cursos en agencias de seguros y empresas globales, dirigió estudios de marketing y dio el puntapié inicial para la creación de la Neuroseguridad Industrial, un trabajo de campo que, ejercitando determinadas zonas cognitivas, apunta a aumentar la concentración sostenida de los operarios. Cuando puede, viaja a la India. La última vez, bajo un manzano, escuchó la arenga espiritual del presidente de la empresa textil más importante de Oriente. Lo que se viene, afirma, es la aplicación de conceptos de la física cuántica dentro del universo de la economía. Pequeñas partículas que cambian su consistencia molecular ante el observador. Reaccionan. O accionan, a la manera de Braidot. 

¿CÓMO ENTRENAR EL CEREBRO?
Además de ir al gimnasio para tener un físico en buenas condiciones, hay que hacer gimnasia cerebral para tomar buenas decisiones. Por lo contrario, la consecuencia será la deriva fortuita.

El entrenamiento neurocognitivo, donde se potencia la concentración, la atención selectiva y la atención dividida, la toma de decisiones, funciones ejecutivas; y el entrenamiento de autoliderazgo emocional, es decir, cómo puedo tener consciencia de mí mismo, someterme a autobservación y dirigir mi comportamiento.

El primer paso es aprender a respirar desde el diafragma. Se empieza concentrando la atención en la respiración, con lo que conseguiremos aislarnos del entorno y observarnos a nosotros mismos. En cuanto al entrenamiento neurocognitivo, empezaríamos con un ejercicio que consiste en desatender cosas que no queremos atender para concentranos en lo que sí queremos. Hay que empezar a aprender a percibir.

EJERCICIO
Cuando veas la próxima película, quítale el sonido e intenta interpretarla sólo a través de la imagen. Al día siguiente, haz lo contrario, escucha sólo el sonido, de este modo empezarás a potenciar tus habilidades de percepción de uno y otro sentido. Al final, comprenderás mejor el mundo que te rodea y a las personas y, por consiguiente, tus decisiones serán más acertadas.

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Neurociencias: ¿Las Mujeres son más Emotivas que los Hombres?


¿Hay diferencias de género a la hora de procesar las emociones? Este fue el punto de partida de la investigación desarrollada por la Universidad de Basilea (Suiza) y cuyos resultados recoge la revista Journal of Neuroscience.

Estudios anteriores han demostrado que las mujeres ven los eventos a nivel emocional mucho más estimulantes -emocionalmente hablando- que los hombres. Además, teniendo en cuenta que las emociones influyen en nuestra memoria puesto que cuanto más emocional es la situación más probabilidad hay de que la recordemos, los científicos intentaronaveriguar si era posible que las mujeres superaran a los hombres en las pruebas de memoriateniendo en cuenta esta circunstancia.

 

Así, realizaron un experimento con un total de 3.398 participantes relativo a pruebas de memoria respecto a situaciones neutrales, negativas y positivas a nivel emocional. Así, las mujeres fueron capaces de recordar mucho mejor que los hombres cuando las situaciones eran especialmente negativas, circunstancia que volvió a repetirse cuando se trataba de imágenes positivas. Las mujeres recordaban con mucho mejor detalle las situaciones positivas que los hombres.

“Esto sugiere que las diferencias que dependen del género en el procesamiento emocional y la memoria se deben a diferentes mecanismos”, explica Annette Milnik, coautora del estudio.

A la par que realizaban el experimento, monitorizaron la actividad cerebral de 696 sujetos, descubriendo que, entre las mujeres, la actividad cerebral se disparaba cuando se relacionaba con un contenido emocional con gran carga negativa. “Este resultado apoyaría la creencia común de que las mujeres son emocionalmente más expresivas que los hombres”, aclara Klara Spalek, líder del estudio.

EL BOTÓN CEREBRAL DEL MIEDO

El miedo es una emoción necesaria, pero en su justa medida: tan malo es tener poco (lo que aboca a las conductas temerarias) como demasiado: entonces nos enfrentamos a trastornos de ansiedad.

Los científicos sabían que el aprendizaje y la memoria de este sentimiento procedía de una región cerebral llamada amígdala central, pero ignoraban qué mecanismo neuronal la activaba.

Ahora, neurocientíficos del Cold Spring Harbor Laboratory han afinado más y, después de realizar experimentos con ratones, señalan un grupo de neuronas llamado núcleo paraventricular del tálamo (PVT, por sus siglas en inglés). Al parecer, esta zona de la masa gris es extremadamente sensible a las situaciones de estrés.


Como explican en la revista Naturelas células nerviosas del PVT se enraízan profundamente en la amígdala central; cuando los científicos desconectaban este vínculo, los animales de laboratorio dejaban de aprender a reaccionar con miedo ante los estímulos. Es, por tanto, una diana ideal para desarrollar fármacos contra los trastornos de ansiedad.

La clave en esa conexión, como comprobaron los autores del estudio al analizar datos de personas aquejadas de estrés postraumático, reside en una molécula llamada BDNF, mensajero químico asociado a trastornos de ansiedad y que desempeña un papel importante en el nacimiento y la conexión de neuronas. Al aumentar los niveles de BDNF en la amígdala central de los ratones, estos mostraban una conducta más temerosa y creaban recuerdos a largo plazo sobre las situaciones que le habían generado angustia.

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Neurociencias: ¿El Cerebro Tiene Edad?

La capacidad de desarrollarse del cerebro solo tiene como limite nuestra incapacidad de concebirla como tal. Creemos y sucumbimos ante la "edad" o las "exigencias" o la "falta de tiempo". Por el contrario, los nuevos estudios revelan que el cerebro solo tiene la edad de nuestros proyectos.

Veamos y disfrutemos entonces de una serie de artículos científicos de divulgación extraídos de la revista Muy Interesante, que nos enseñan los últimos avances en neurociencias aplicadas a la vida cotidiana. 



¿A QUÉ EDAD MADURA EL CEREBRO?

Un estudio del Instituto de Neurociencia Cognitiva de Londres sugiere que el cerebro continúa desarrollándose después de la infancia y la pubertad y que no está totalmente maduro hasta que superamos los 30 años, e incluso después de cumplir los 40. Los hallazgos contradicen teorías previas que apuntaban a una maduración cerebral mucho más temprana.


Los resultados de la investigación, dirigida por la neurocientífica Sarah-Jayne Blakemore, sugieren que el córtex prefrontal es la zona que experimenta un período de desarrollo más prolongado. Esta región cerebral es importante para funciones cognitivas superiores como la planificación y la toma de decisiones. Además, juega un papel clave en el comportamiento social, la empatía y la interacción con otros individuos, y en ella residen algunos rasgos de la personalidad.


EL INTERRUPTOR CEREBRAL DEL COMPORTAMIENTO

Nuestro cerebro posee una especie de interruptor que regula nuestro comportamiento frente a la información sensorial que nos llega de nuestro entorno. Así lo demuestra el último estudio de un equipo de científicos del NERF (Neuro Electronics Research Flanders) y del VIB (Flanders Institute for Biotechnology).

Los procesos cerebrales están desentrañándose poco a poco gracias a la neurociencia pero, ciertamente, nuestro cerebro en sí es bastante complejo como para desvelar sus secretos con facilidad. El procesamiento cerebral a nivel de circuitos neuronales de información es quizá la parte menos transparente y es en la que se ha centrado este grupo de investigadores. Tras estudiar el proceso cerebral del pez cebra con objeto de averiguar cómo combina el cerebro los estímulos internos y externos, descubrieron que la habénula dorsal(equivalente a la habénula de los mamíferos que no es sino el procesador cerebral del aprendizaje y el estrés) actuaba como interruptor cerebral para desencadenar comportamientos distintos.


Así pues, nuestro interruptor cerebral no es sino la habénula, que actúa seleccionando cierta información sensorial para enviarla después a las áreas posteriores del tronco encefálico, regulando así nuestro comportamiento.

El equipo ha integrado neurobiología e ingeniería a escala nanométrica para profundizar en las funciones del cerebro en varios niveles de detalle. Gracias a este enfoque multidisciplinar, los investigadores han podido mirar más allá de las células del cerebro, para estudiar los circuitos neuronales y su vínculo con el comportamiento.

EL CEREBRO Y LAS DECISIONES

A los seres humanos nos gusta pensar quetomamos cada una de nuestras decisiones de manera consciente o, lo que es lo mismo, que existe el libre albedrío. Sin embargo, el neurocientífico Patrick Haggard, del University College de Londres (Reino Unido), asegura que los estudios del cerebro indican que antes de que seamos conscientes de que estamos decidiendo algo tan simple como si beberemos té o café en el desayuno, o qué camino recorreremos para llegar al trabajo, nuestro cerebro ya ha escogido. Las elecciones sobre cuál será nuestra próxima acción son fruto de una serie de reacciones bioquímicas que ocurren en el córtex parietal, tal y como demostró Angela Sirigu, neurocientífica en el Centro de Neurociencia Cognitiva del CNRS, en Francia. 




Por otra parte, científicos de la Universidad de California (EE UU) han probado que analizando un área de la corteza prefrontal con resonancia magnética funcional es posible predecir el comportamiento humano en 3 de cada 4 casos, revelando los propósitos y deseos de los individuos antes incluso de que ellos los conozcan. 

A esto se suma que una investigación dada a conocer hace poco en The Journal of Neurosciencerevelaba que existe una conexión entre la actividad del cerebro humano en las neuronas núcleo accumbens -el centro de las recompensas- y el comportamiento futuro con respecto a la alimentación y el sexo, de manera que con un escáner se puede adivinar cuánto pesará una persona dentro de seis meses, e incluso cómo será entonces su vida sexual.



10 Tips para ser Más Creativos por Estanislao Bachrach

Fuente: Apertura

1. No haga al mismo tiempo dos o más cosas que requieran comprender una situación y tomar decisiones. El cerebro no es naturalmente multitasking: cada tarea que se le suma, le resta foco a la principal.
2. Organice su semana, preferentemente los lunes o los domingos. Agende las tareas según su importancia y no solamente según su urgencia.
3. Escriba las cosas que tiene que hacer y las ideas que le surgen. Es recomendable sacar las cosas de la cabeza y escribirlas para no gastar energía de más.
4. Resuelva por la mañana las actividades que le requieren mayor concentración. Las actividades que más consumen energía son recordar cosas del pasado, imaginarse el futuro y priorizar.
5. Si tomó una decisión importante, trate de no tomar otra decisión difícil ese mismo día. A veces, por tratar de ser más eficaces, se resuelven muchas cuestiones en un solo día, lo cual es un error porque el cerebro ya está cansado.
6. Desconéctese al menos una vez por día: hágase un espacio para salir a tomar aire o almorzar solo. Ayuda a que el cerebro descanse un rato y luego se distraiga menos.
7. Si se aburre con lo que está haciendo, haga una pausa o escuche música. Es muy recomendable tener un hobby.
Asimismo, las alertas que indican que falta poco tiempo para entregar un proyecto o tarea generan un estrés positivo necesario para ser eficiente.
8. Simplifique hasta un máximo de cuatro alternativas cuando se vea abrumado con mucha información. Está científicamente comprobado que es el número adecuado para hacer una elección sin confundirse.
9. Aprenda a priorizar: Es preferible eliminar cierta información en vez de conocerla toda en detalle, lo cual incrementa el estrés y el riesgo de equivocarse.
10. Conozca sus hormonas: La concentración depende de la dopamina y la noradrenalina. La primera, se estabiliza cuando se hace algo interesante y/o divertido. Y la segunda se regula con actividad física.
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Siete Tips para Optimizar Nuestro Cerebro, por Estanislao Bachrach

Fuente y extracto: iProfesional

En el marco de la conferencia "Cambio: yo, mi equipo, mi organización", organizada por el Departamento de Estrategia y Capital Humano de la consultora CPA Ferrere, el doctor en biología molecular, Estanislao Bachrach habló ante empresarios uruguayos sobre neurociencia aplicada al ámbito laboral. 

Según indicó experto en innovación aplicada a los negocios, autor del bestseller AgilMente y docente e investigador de universidades como Harvard, la neurociencia es "la" ciencia del siglo XXI y las empresas comenzaron a entender que no pueden cambiar para bien si sus empleados no lo hacen. Pero, para que esto suceda, tienen que comprender cómo funcionan sus cabezas.
Durante la conferencia el experto explicó por qué es tan difícil que las personas cambien y por qué no es imposible.
Para explicarse mejor, el doctor por la Universidad de Buenos Aires derribó algunos mitos acerca del cerebro, ese órgano que cada vez más se revela ante la ciencia.

Siete Consejos para ser Más Eficientes


1. Usamos todo el cerebro

"Usamos todo el cerebro", aclaró Bachrach ante los empresarios. Lo que sucede, explicó, es quesólo podemos usar un 2% al mismo tiempo. Por eso, cuantas más actividades en simultáneo queramos meter en la cabeza, "tenemos que apagar otras".

Sobre este punto, agregó que "cuando las actividades son más de las que el órgano puede soportar, surge el estrés". Cuando el cerebro está estresado "pierde la noción de las urgencias", algo que se relaciona con el córtex frontal del cerebro.
"En general, está estudiado que cuando tenés más de cuatro cosas muy urgentes que hacer, empiezan a perder eficiencia todas", indicó. Por eso lo recomendable es "priorizar-priorizar".

2. El multitasking no existe

La actualmente valorada capacidad de realizar múltiples tareas al mismo tiempo simplemente "no existe", aseguró Bachrach, quien desarrolló que el cerebro humano no puede concentrarse en más de una cosa al mismo tiempo.

"Lo que haces cuando haces dos cosas al mismo tiempo es hacer una, apagarla; hacer otra, apagarla; y así sucesivamente", explicó haciendo la mímica de estar accionando un interruptor.
"Intentar practicar el multitasking es la primera causa del cansancio y las equivocaciones: "La sensación es la de ser más productivo, pero es una sensación", aclara.


Estar "hiperconectado", por ejemplo, lo que en realidad hace es "desconectarte", aseguró el científico: "Es lo que se llama atención continua parcial, estar muy atento a algo, pero con la antena parada por si viene otra cosa". Eso es lo que genera cortisol y adrenalina, responsables del estrés.
En la misma línea, Bachrach aseguró ante el auditorio que el cerebro no presta atención todo el tiempo. Durante una conversación, una clase, una conferencia, por ejemplo, está atento al principio y al final. 

3. Reaccionar no es responder

Por lo general, frente a los estímulos negativos las personas reaccionan, no responden. "Al cerebro le es más barato reaccionar", indicó el doctor en biología molecular, y lo ilustró con un ejemplo típico en el ámbito empresarial: molestarse con un superior por un malentendido, reaccionar escribiéndole un mail y finalmente adentrarse en lo que se llama "espiral negativo"."Es imposible no reaccionar si no pones una pausa", aseguró Bachrach.

Para poner un alto al cerebro, es necesario, en primer lugar, cambiar el estímulo visual, por ejemplo, cerrar la casilla de correos, apagar la computadora, irse a caminar.
La neurociencia lo explica así: "Más del 90% de las personas son visuales. El 25% del cerebro está conectado con los ojos". Por eso es mejor cortar con el estímulo visual negativo, explicó el investigador.

4. Respirar profundo y enderezar la espalda hace bien

"Cuando respiramos profundo el oxígeno entra en el cerebro, creando más venas y arterias. Si no hay venas, las neuronas se mueren (por eso se dice que el ser humano no sobrevive más de dos minutos sin respirar)", aclaró Bachrach. Es que el cerebro es el órgano más tóxico del cuerpo y las venas y arterias son fundamentales para desintoxicarlo.

Una recomendación del mismo estilo es igual de útil: sentarse o caminar con la columna derecha. "Esto hace que los neurotransmisores circulen de forma más eficiente", aseguró.

5. Cambiar el comportamiento no es cambiar

"Maximizar el placer y minimizar el dolor" es el objetivo constante del cerebro, un órgano "muy egoísta", bromeó el especialista. "Solo le importa pasar bien" y "no sabe que hay un mañana", agregó. Por eso es importante lo que la persona pueda hacer con la mente, el "software, donde están los pensamientos".

El cerebro es como el "hardware, donde está el cableado, las neuronas", comparó en una analogía con la informática. Por ejemplo, si una persona es pesimista y todos los días, todo el día, piensa de forma negativa, muy difícilmente se levantará una mañana sintiéndose optimista. Lo que va haciendo es "cablear" el cerebro para que piense en negativo.
Pero esto se puede cambiar, aunque sea difícil y requiera trabajo. "El cerebro está como en piloto automático", es decir que, si no se lo detiene, "sigue solo", con su único objetivo de sobrevivir. Pero el cambio, para la neurociencia, no se resume en modificar la forma de actuar o de comportarse, sino de pensar. "El verdadero cambio está en la cabeza", confirmó.

6. Es posible evitar las acciones involuntarias

"El libre albedrío casi que no existe", afirmó Bachrach, quien explicó que la mayoría de nuestras acciones son involuntarias o, al menos, se generan sin que tomemos una decisión previa sobre ellas. Sin embargo, las personas tenemos lo que se llama "poder de veto", es decir, la posibilidad de decir "no" a las órdenes que da el cerebro.

Estudios recientes en neurociencia demuestran que cuando vamos a realizar un acto involuntario (por ejemplo, mover la mano mientras hablamos), el cerebro envía la orden 0,5 segundos antes. En 0,3 segundos, la persona puede darse cuenta de que la orden llegó, por lo que "tiene 0,2 segundos para decidir no hacerla", afirmó Bachrach.
Este nuevo conocimiento se aplica a las personas con trastornos obsesivos-compulsivos, a quienes se les explica que su problema es que el cerebro envía esas señales con demasiada frecuencia. 

7. La mayoría de nuestras decisiones son emocionales

Contrario a lo que podría creerse, la razón no es la que manda al momento de decidir en la mayoría de los casos. De hecho, "más del 90% de nuestras decisiones son emocionales", incluso aunque no nos percatemos de ello, afirma Bachrach.

En un mismo sentido, la interacción social es una cuestión "de vida o muerte" para el cerebro: "Las necesidades sociales (para este órgano) son tan importantes como el agua o la comida", asegura el experto.
Tal es así que existe evidencia científica de que las personas solitarias tienen una expectativa de vida de entre 5 y 10 años menos que aquellas que interactúan con otras. "Y esa relación no la sustituye la televisión, el celular ni la tableta", aclaró Bachrach.

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