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Cómo ser Feliz en el Trabajo, 5 Claves según Great Place to Work

Extracto y resumen: Great Place to Work

Las nuevas generaciones llegaron al mercado laboral e imponen su paradigma. Tecnología, integración con la vida privada, mucho movimiento y nada de rutina. La oficina ya no es lo que era. Para responder cómo ser feliz en el trabajo, primero hay que saber qué es lo que te motiva a elegir, o no, el trabajo que tenés y no otro. 
Si nos ajustamos a las encuestas y opinión de los especialistas en management y recursos humanos, esos motivos son tres, y en este orden: crecimiento y desarrollo profesional, equilibrio entre vida profesional y trabajo, y sueldo. 
Sorpresa: la gente no trabaja tanto por dinero como por motivaciones intangibles. 


Según una investigación realizada en el país por la consultora de clima laboral Great Place to Work, en la Argentina el principal motivo por el cual una persona elige permanecer en su empresa es la posibilidad de crecimiento y el desarrollo profesional. El 43% de los entrevistados manifestaron que ese es el principal motivo por el que permanecen en las empresas, aun por encima de la remuneración y los beneficios, que se encuentra en tercer lugar, con el 19% de preferencias. Por su parte, y siguiendo la tendencia creciente que se viene observando desde hace algunos años en todo el mundo, el equilibrio entre la vida profesional y personal se ubica en segundo lugar con un 24% de respuestas. Otros motivos y la estabilidad laboral se encuentran en cuarto y quinto lugar, con un 9% y un 4% respectivamente. 
¿Cómo Podemos ser Felices en el Trabajo?
 Parte de la respuesta la tiene una generación que los sociólogos llaman Generación Y. Son aquellos jóvenes nacidos entre 1981 y 1993 que, en todo el mundo, son 80 millones de personas y representan, por ingresos y estilo de vida, uno de los grupos económicos más importantes. 

La Generación Y está forzando la manera en que las personas se relacionan con su trabajo.Andrés Hatum, profesor del IAE Business School, director del Centro de Investigación Grupo RHUO y autor del libro Yrrupción. Los cambios generacionales y el futuro de la organización, los define en cuatro dimensiones: tienen una gran capacidad multitasking pero poca capacidad de concentración, son nativos digitales y quieren usar su propia tecnología en las empresas, tienen conciencia social y les gusta el trabajo con impacto en el bien común, y, por último, buscan la integración de su vida personal con la profesional. "La Generación Y revienta cualquier organización", dice Hatum

La Desorientación de la Generación Y
La inglesa Lynda Gratton, consultora y especialista en management, considerada una de las mujeres más influyentes de Gran Bretaña, advierte sobre esa confusión en la que entran los jóvenes Y antes de empezar a trabajar. "La tragedia para esta generación es que cuando una persona no trabaja en los primeros tres o cuatro años de su carrera, esta se ve perjudicada seriamente durante décadas. Los hábitos, de entrar a trabajar y concentrarse, tardan algún tiempo en desarrollarse. Estas personas jóvenes, muy preparadas académicamente, que sufren por conseguir un trabajo pierden las competencias necesarias para insertarse en el mundo laboral", dice. 


Para Hatum, el problema de esta generación es que están sobrevalorados."Sus padres los sobreprotegieron. Por eso los chicos de la Generación Y se creen que son mucho más de lo que son".  

Clave 1: Desarrollo Personal y Contención
Como dice la encuesta de Great Place to Work, una consultora de Recursos Humanos, el primero factor que balancean los jóvenes en un nuevo trabajo es la posibilidad de desarrollo personal."Quieren garantías de que podrán aprender, adquirir nuevas habilidades y crecer", dice Omar Gennari, CEO de Greate Place to Work. Esto no significa que quieran crecer en el organigrama de la compañía: de hecho, no les interesa. "La generación Y no soporta la rutina, y rota rápido",dice Hatum. La permanencia en los puestos de trabajo a nivel global pasó de cinco a dos años con el cambio generacional.

No es casualidad que este aspecto, la necesidad de un desarrollo profesional, esté primero en las prioridades para ser feliz en el trabajo. Los jóvenes que tienen entre 18 y 29 años forman parte de la Generación Y, y viven en general más con sus padres que con parejas, o solos, un factor que los aleja de preocupaciones importantes, pero que también retrasa su maduración."Al mismo tiempo que tienen sus exigencias, tampoco saben bien qué quieren hacer. Su plan de vida es disperso, en parte porque tienen una incentivación permanente a hacer cosas nuevas. Tienen muy idealizado el lugar de trabajo, y cuando se reciben no saben qué hacer", dice Hatum, que cuenta un ejemplo de cómo las empresas asumen un rol contenedor frente a esa incertidumbre

Clave 2: Lograr un Equilibrio entre la Vida Personal y Laboral
Una máxima muy común entre las generaciones más viejas que sufren el mercado laboral es la posibilidad de equilibrar la vida personal con la profesional. Esas generaciones se criaron viendo a sus padres entregados al trabajo, y buscan, con poco éxito, equilibrar la vida profesional con la personal. Así se los ve resistiendo los mails antes de dormir o terminando una presentación el sábado a la mañana. 


En esto también hay mucho que aprender de la Generación Y, que no busca equilibrar el trabajo y la vida, sino directamente integrarlas.  

"Esta demanda apareció en el segundo puesto de las exigencias de las personas al momento de buscar trabajo hace cinco o siete años. Antes directamente no figuraba", cuenta Gennari, de Great Place to Work.

"Aún hoy, varios años después, las empresas siguen creyendo que los jóvenes no quieren trabajar tantas horas, cuando, en realidad, lo que están pidiendo es que el trabajo sea más eficiente", dice Omar


"Apuntan a integrar el trabajo y la vida, no solo a equilibrarlos, lo que podría no ser suficiente para ellos. Sus diversas actividades, entre las cuales el trabajo es una, requieren incluir el trabajo y el lugar de trabajo en los aspectos no laborales de su vida". Uno de los modos en que la integración vida-trabajo se evidencia claramente es la exigencia por parte de los jóvenes de que las empresas les permitan usar su propia tecnología. 

Los Y usan la tecnología para mantenerse al día y expandir sus vínculos. Según un estudio de Accenture que Hatum cita en Yrrupción, el 86% de los Y usa internet, y el 56% envía y recibe mensajes todos los días por diferentes aplicaciones. Para el 52% de esta generación, el equipo y la tecnología de vanguardia en el lugar de trabajo son consideraciones fundamentales a la hora de elegir un empleador", dice el autor. 


Clave 3: Sentirse parte de un Trabajo
La Generación Y resuelve la felicidad en el trabajo corriéndolo como eje central de su vida. Para ellos los amigos, las redes sociales, el tiempo libre, compartir experiencias, viajar son tanto o más importantes que trabajar. Esto hace que tengan menos miedo a perder un puesto, pero también menos compromiso. Los Y son felices cuando, en lugar de sentirse parte de un trabajo, se sienten parte de un proyecto. La respuesta a los porqué y para qué, siempre que la reciban, los libera y los enfoca en un trabajo que de otra manera no valorarían tanto. 

Clave 4: Salario Emocional
Recién en el tercer puesto aparece el salario como factor para decidir entrar o permanecer en un trabajo. Este punto, el dinero, apareció en esta posición hace cinco o seis años, con el regreso de la inflación. Antes estaba aún más abajo en las prioridades, en el quinto o sexto lugar.

¿importa el dinero? "Sí importa, pero primero el desafío tiene que ser relevante. Cuando los empleados no tienen desafíos, piden plata",dice Andrés.  

 "Hay un hartazgo de la vida corporativa. Ya no existe el sueño de entrar en una empresa y hacer carrera", explica Hatum. Para Gennari, muchas veces la cuestión de la remuneración es un problema de percepción y de comunicación. 

Clave 5: Comunicación
Según una investigación hecha por Great Place to Work entre 50.000 personas de la Argentina, cuantas más reuniones de feedback entre jefes y empleados, mejor es la percepción que el empleado tiene sobre su ambiente de trabajo.

Este informe dice que la brecha en la percepción del clima entre los que tienen más de dos reuniones anuales y los que no tienen ninguna llega en algunos casos al 40%, e incide incluso en la percepción del propio ingreso y el merecimiento de los ascensos. 

"Esta investigación demostraría que a más instancias de reunión, mayor es el vínculo de confianza entre jefe y empleado, lo que conlleva un aumento en la percepción que el colaborador tiene del ambiente laboral", dice el trabajo. 


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Hacia la Organización del Futuro: Salvar la Brecha Emocional de la Gestión

Fuente e interpretación de: Revista Mercado Junio 2013

Organización del Futuro e Inteligencia Emocional
La inteligencia emocional ha dejado de verse como una simple temática de orden individual, una elección o el entrenamiento para tomar decisiones eficaces. En la actualidad, el diseño de organizaciones del futuro debe posar la mirada en la emocionalidad para poder obtener rentabilidad, productividad, desarrollar el talento y crecer en forma sostenible.

Hacia un Nuevo Diseño
Los diseños organizacionales desde sus inicios en la era industrial hasta ahora, contienen principios mecanicistas basados en la eficiencia de los procesos, pero aislados de la dinámica de su contexto. Este diseño autorreferencial que generó el gran desarrollo de la industrialización, en este siglo 21, está colapsado por tres factores.

Sus casusas son:
  1. Deficiencias estructurales.
  2. Dificultades en la capacidad de respuesta.
  3. Dificultades en la sustentabilidad.
La estructura mecanicista obedece a un diseño rígido que resulta conflictivo para la naturaleza de los sistemas humanos: estos son abiertos, dinámicos y paradojales.

La dinámica de las máquinas poco se corresponde con la dinámica de los procesos humanos y esto genera profundos conflictos en el desempeño. En contextos de volatilidad creciente, la rigidez de los diseños mecanicistas no brinda una capacidad de respuesta adecuada frente a la velocidad de los cambios del entorno. 
La rigidez autorreferencial no garantiza respuestas adecuadas, la cual profundiza las dificultades de funcionamiento y desempeño. 

Sucede que los modelos de gestión mecanicistas están diseñados para "ganar o ganar", pero no están pensados para "desarrollar" al sistema en todas sus dimensionanes, en particular la humana. 

La Brecha Emocional
En numerosos artículos nos hemos ocupado de exhibir la importancia del factor emocional en el comportamiento y las decisiones de las personas y grupos.

Pues bien, los actuales diseños organizacionales demuestran una profunda brecha emocional que aparece como resultado de personas que trabajan bajo la presión de cumplir con los resultados de un proceso que no se corresponde con su dinámica personal, que está fuera de contexto y que de manera excluyente se focaliza en la rentabilidad.

La vulnerabilidad de la gestión actual, entonces, surge de un diseño organizacional que sustenta su competitividad en la fuerza y la presión. En la actualidad, frente a las dificultades de responder en forma eficaz al contexto, las organizaciones fuerzan su estructura presionando sobre el propio sistema humano para cumplir con sus metas, más allá de sus posibilidades reales o de las demandas del contexto.
Costos Emocionales
El costo de esta presión se refleja en el colapso de la calidad emocional de su gente, lo cual también implica bajos rendimientos en el desempeño y la productividad. El resultado es un círculo vicioso de desesperación, presión y deterioro en las condiciones laborales que agranda la brecha emocional.

El costo emocional de vivir bajo amenazas permanentes, implica un estado neurobiológico que reduce a la mitad la capacidad de desempeño cognitivo (decisiones, proyección y creatividad) de las personas. 

En estos casos, el problema de rendimiento no está en las habilidades de las personas, sino en sus condiciones de vida laboral:
Aunque la rentabilidad sea de un 100%, las personas están trabajando a un 50% de su desarrollo personal.

La Vulnerabilidad de la Gestión
La vulnerabilidad de la gestión es emocional, no es técnica. Y este factor emocional no es solamente un aspecto humano de las condiciones laborales. También es un factor de rentabilidad. Aunque paradójicamente el punto de vulnerabilidad donde fracasa la implementación de los diseños organizacionales es emocional, existe una asimetría en las inversiones:


Todas las inversiones están concentradas en el factor físico - estructural, sin inversión en emociones. Por ello, los costos emocionales se transforman en una de las variables de mayor impacto laboral en las organizaciones.


¿Qué Significa Invertir en Emociones?
Implica generar condiciones en el clima emocional que posibilite sostener y ampliar la capacidad de respuesta del grupo o la organización frente a un contexto que amplía la brecha de inestabilidad e incertidumbre. 

La capacidad de respuesta de los sistemas humanos es emocional.

Aun cuando los integrantes de un grupo tengan habilidades técnicas desarrolladas, lo que garantiza su desempeño es la calidad emocional del sistema.

Un Nuevo Abordaje
En la gestión de nuevos espacios productivos no se trata de mantener a todas las personas contentas. Esto es una ilusión. La satisfacción personal es un estado personal.

El desafío es mantener un estado de movimiento y creatividad que le permita niveles de respuesta adecuada. Esto se produce logrando un clima laboral favorable, imbuído también de rentabilidad y rendimiento. 

Si el sistema está muy tenso, el riesgo es la respuesta estereotipada o compulsivo. Si está muy relajado e indiferente, el riesgo es la falta de respuestas o la inoperancia.

En tanto, para avanzar hacia una nueva gestión de organizaciones del futuro, que reduzcan la brecha emocional debemos considerar:

Limpieza química: cuidar el despliegue de estados emocionales contraproducentes al desempeño.

Limpieza conceptual: mantener claridad y coherencia en los criterios, decisiones e instrucciones.

Limpieza de procesos: articular acciones con objetivos claros para guiar el desempeño de las personas.

Escrito por: Marcelo Manucci


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Goleman: Liderazgo para Obtener Resultados


Por Daniel Goleman

En la actualidad, los ejecutivos requieren de gran flexibilidad sobre el liderazgo que ejercen en la organización, teniendo la capacidad de usar diferentes estilos dependiendo de la situación que se presente y en la medida necesaria. Se proponen seis estilos de liderazgo, donde cada uno consta de diferentes componentes de inteligencia emocional. Los estilos de liderazgo tienen un impacto directo y único en el ambiente laboral de la organización, en los equipos de trabajo, así como en el funcionamiento financiero de la empresa.
De acuerdo a estudios realizados por los psicólogos George Litwin y Richard Stringer y más tarde por McClelland y sus colégas, se determinaron seis factores claves que influyen en el clima organizacional de una empresa. Estos aspectos que influyen en el ambiente laboral son: la flexibilidad para adaptarse, la responsabilidad hacia la organización, los estándares establecidos, la precisión para ofrecer retroalimentación y otorgar recompensas, la claridad sobre la misión y valores de la empresa, y el nivel de
compromiso que tienen los miembros de la misma. Con base en esto, se encontró que los seis estilos de liderazgo tienen efectos medibles en cada aspecto que afecta el clima organizacional. A continuación se exponen los seis estilos de liderazgo que se pueden desarrollar según las necesidades que se manifiesten:

Estilo coercitivo.
Dicho estilo de liderazgo es el menos efectivo en la mayoría de la situaciones que se presentan, ya que carece de flexibilidad y sensibilidad sobre la moral y valores de la gente. Tiende a obstaculizar la innovación de ideas, así como falta de respeto hacia las personas que se dirigen, lo cual provoca que se pierda el sentido de responsabilidad y motivación de los empleados.
El sistema de recompensas se ve afectado por el estilo coercitivo, debido a que el líder no cubre las necesidades de la gente, olvidando ofrecer incentivos no monetarios como el reconocimiento que pueden motivar a la gente a mejorar su desempeño. Este tipo de liderazgo debe ser usado con mucha cautela y en
situaciones donde es totalmente necesario hacerlo. Por ejemplo, durante una toma de posesión no deseada, una situación de emergencia como incendio, terremotos, etc. Al aplicarlo se logra impactar a la gente y lograr que obedezcan y adopten la nueva forma de trabajo.

Estilo autoritario
Este es uno de los más efectivos manejando cualquier factor que influye en el clima organizacional. El líder autoritario es un visionario, y motiva a la gente haciéndola consciente del impacto que tiene su trabajo para el alcance del objetivo deseado. Otro beneficio que ofrece dicho estilo de liderazgo es maximizar el compromiso hacia las metas y estrategias del negocio, definiendo estándares, como ofreciendo retroalimentación positiva o negativa a los empleados de manera adecuada, enfocándose cada aspecto hacia la visión de la empresa. El estilo autoritario ofrece a la gente la libertad para innovar, experimentar y tomar riesgos calculados, por lo que resultan positivamente en la mayoría de las situaciones, sobre todo cuando una empresa se encuentra en una crisis organizacional. Algunos problemas que se pueden presentar, es cuando el líder autoritario se encuentra trabajando con gente más experta, por lo cual pierde poder e influencia sobre éstos. También en el caso de tratar de ejercer un liderazgo autoritario se convierta en dominante, lo cual puede afectar el espíritu de igualdad en un grupo efectivo de trabajo.

Estilo de afiliación.
El siguiente estilo de liderazgo propone que el líder se enfoca más sobre los valores individuales y emociones de la gente que en las tareas y metas, buscando la satisfacción de los empleados creando una armonía entre ellos. Se busca establecer fuertes enlaces emocionales, logrando un efecto positivo en la comunicación, donde se comparten ideas, propuestas, etc. El estilo de afiliación es flexible, permitiendo la innovación y toma de riesgos, al darle la libertad a los empleados para que realicen su trabajo de la forma en que consideren más efectiva. Este líder ofrece retroalimentación positiva para motivar a la gente, buscando lograr un sentido de pertenencia en la organización. También tiene la apertura para expresar sus sentimientos y pensamientos abiertamente con sus empleados. En general, el estilo de afiliación es conveniente usarlo para lograr la armonía en los equipos, incrementar la moral, mejorar la comunicación o recobrar la confianza de los empleados. A pesar de los beneficios que ofrece, algunos problemas que puede provocar si se aplica solo, es que los empleados perciban que la mediocridad es tolerada, ya que no se les exige, así como la falta de observaciones constructivas para mejorar su desempeño. Se recomienda que el estilo de afiliación se acompañe con otro estilo de liderazgo para complementar y lograr un equilibrio entre las metas y las relaciones. Una opción es el estilo autoritario, donde se puede mezclar la visión, estándares y logro de metas, con un liderazgo más humano, enfocado a las emociones y cuidados de la gente, logrando un balance que incremente la productividad y satisfacción del personal.

Estilo democrático.
Este líder busca obtener información de la gente, escuchando sus ideas, propuestas, construyendo la confianza, respeto y compromiso de los empleados. Con el liderazgo democrático se establece la flexibilidad y responsabilidad, sin perder el enfoque realista sobre los cambios que se pueden o no se pueden lograr. Algunas desventajas del estilo democrático son las interminables reuniones para hacer consensos, recabar información, ideas, etc. ya que no se concretan las decisiones. La gente puede sentir confusión y falta de liderazgo, así como provocar conflictos por la misma percepción. Surgen problemas en caso de que los empleados no cuenten con los conocimientos necesarios para ofrecer buenas propuestas, o bien en momentos de crisis donde se requieren decisiones inmediatas. 
Sin embargo, este tipo de liderazgo ofrece los mejores resultados en situaciones donde el líder está inseguro de la dirección a seguir, por lo cual requiere de ideas y propuestas de empleados capaces.


Estilo estructurado (establecimiento de pasos)
Este líder indica estándares de alto funcionamiento de forma extrema, dando el ejemplo en todo momento, ya que es obsesivo para hacer las cosas de la mejor forma y con la mayor rapidez posible, exigiendo lo mismo de sus subordinados. Si las personas no cumplen con las expectativas o requerimientos del líder, éste los reemplaza por otros que puedan hacerlo. Dicho estilo de  liderazgo destruye el clima laboral, ya que los empleados se pueden sentir abrumados con la alta demanda de excelencia en su trabajo. El personal tiende a percibir que este líder no confía en su desempeño laboral, ya que no tienen libertad de trabajar a su manera o tomar la iniciativa de acción. Esto genera un efecto negativo en el ambiente, debido a que la flexibilidad y responsabilidad desaparece, teniendo como consecuencia que el trabajo tenga un enfoque total en la tarea, siendo rutinario y aburrido para la gente. Otro problema es la pérdida de compromiso hacia la empresa, ya que el personal no se siente valorado ni percibe la importancia que tiene su trabajo en el logro de la meta organizacional. Este tipo de liderazgo no tiene efectos negativos cuando los empleados se encuentran altamente motivados, competentes y necesitan de poca dirección y coordinación por parte del líder.

Estilo de entrenamiento (coaching)
Dicho estilo de liderazgo tiene la visión de ayudar a los empleados a identificar sus fortalezas y debilidades, logrando unirlas a sus aspiraciones personales y profesionales. Se motiva a la gente a plantearse metas a largo plazo y conceptualizar planes de desarrollo para alcanzar sus objetivos. El estilo de entrenamiento ofrece instrucciones y retroalimentación adecuada para mejorar el desempeño. El líder asigna a los empleados tareas que representen un reto para ellos, y no se les presiona con el tiempo de entrega. El coaching es el menos usado en las empresas, debido a que muchos líderes no se dan el tiempo para enseñar a la gente e impulsar su crecimiento profesional.
Sin embargo, este liderazgo tiene un impacto positivo en el clima y funcionamiento organizacional. Se pretende mejorar el desempeño personal con el fin de beneficiar los resultados obtenidos. Esto es posible ya que la gente conoce lo que se espera de ellos y el impacto que tiene su trabajo en la visión y estrategia del negocio. Este estilo funciona mejor cuando los empleados están conscientes de sus debilidades y tienen la disposición de cambiar para mejorar su funcionamiento. En contraste, este tipo de liderazgo no aplica cuando los empleados se resisten a cambiar, por lo que no tienen disponibilidad para aprender cosas nuevas.
En la actualidad, muchas empresas pretenden que este liderazgo se convierta en una competencia crítica adquiriendo todos los beneficios que ofrece, impulsando el desempeño de su gente. Los líderes deben tener la flexibilidad necesaria para cambiar de un estilo a otro de acuerdo a las necesidades que se presenten en una situación determinada. Con esto se va a tener mayor sensibilidad al impacto que el líder ejerce sobre otros ajustando su estilo para obtener mejores resultados en el desempeño de la gente. Una alternativa es expandir el repertorio de estilos de liderazgo, lo cual se puede lograr al comprender que competencias de inteligencia emocional son la base de cada uno. Los ejecutivos deben aplicar el estilo de liderazgo indicado en el momento adecuado y en la medida necesaria, donde los resultados se vean reflejados en la rentabilidad de la organización.


Incrementando la Inteligencia Emocional
Con el propósito de incrementar la inteligencia emocional se requiere práctica y compromiso, por lo cual la gente debe estar consciente del valor del cambio ya que si no es así no se va a dar el mismo esfuerzo durante el proceso. Para mejorar las competencias de inteligencia emocional se necesitan meses para lograrlo, debido a que el centro emocional del cerebro y la neocorteza están involucrados. Mientras que la neocorteza, donde se aprenden habilidades técnicas, y habilidades cognitivas, logra adquirir conocimiento rápidamente, el cerebro emocional requiere de mayor esfuerzo. Para adquirir un nuevo comportamiento, el centro emocional requiere repetición y práctica continuo para que logre un cambio positivo.

A fin de concluir la lectura del artículo, le recomendamos integrarlo con la reproducción del siguiente video: