¿Somos como Monos?
En nuestro Blog seguimos la zaga difundida en días recientes, de la serie de investigación realizada por NatGeo, dedicada a explorar el comportamiento humano y sus similitudes con la conducta social de los simios.
Por supuesto, como decíamos en nuestra anterior entrada, el título si bien es provocativo, encierra varias interesantes teorías científicas. Entre ellas, la más plausible, es aquella que derriba el mito de la racionalidad humana e instala un comportamiento esencialmente guiado por los instintos, nuestra herencia genética, las emociones y las respuestas inconscientes.
La afirmación es parcial, pues somos tanto racionales como irracionales, pero vale el énfasis en el "lado oculto", ignorado a sabiendas, del ser humano.
El Pudor
La diferencia entre las conductas sexuales primates y humanas es el pudor. Los simios pueden tener relaciones en cualquier sitio público.
¿Pero en verdad somos tan diferentes?
Conexión
Las primates suelen mostrar hinchazones cada vez que inicia la época de celo.
En los humanos, este comportamiento, sugieren los científicos de NatGeo, es sustituido y reemplazado por la función de los senos.
Los hombres estarían programados para, a través de su mirada, responder a esta señal de fertilidad.
El color de la piel cambia con la ovulación, y ello incrementa el atractivo en la mujer. La piel suele hacerse más clara y los labios más rojos.
En una experiencia realizada por una psicóloga evolucionista, los hombres elegían en forma casi unánime aquellos rostros que demostraban signos (inconscientes) de ovulación.
Olores que Atraen
Los períodos de fertilidad de las hembras primates crean olores particulares que son detectados por los machos.
¿Será igual en los humanos?
Las pruebas realizadas con ropa de mujeres que ovulan y no ovulan, determinaron que una abrumadora mayoría de hombres elegía aquellas prendas con los "olores agradables" de la fertilidad.
La Primera Impresión
Los machos simios caminan a paso seguro, pulcros y con la mirada atenta. Con ello causan una "buena impresión" en las hembras.
La clave es el lenguaje corporal. Los simios grandes se comportan en forma segura, su cabello y aspecto es pulcro, están erguidos, sus hombros atrás, la cabeza en alto y la mirada centrada.
En contraste, los simios de menor rango demuestran un lenguaje corporal con el cuerpo ligeramente o más inclinado, la cabeza baja, lo hombros caídos, el aspecto desalineado, se muestran inseguros, y demuestran las llamadas "señales de desplazamiento", como rascarse.
La diferencia está en las señales que capta la hembra. El simio grande emite señales de ser "genéticamente apto".
No solo el físico importa. Las señales de inteligencia también son un rasgo que las primates privilegian. Además es un rasgo heredable, y ello incrementa su atractivo.
La apariencia de simpatía y de "estar abierto", favorecen la interacción.
Curiosamente, los experimentos demostraron que los grupos que se comportaron como "machos grandes" obtuvieron el doble de aprobación que aquellos de "menor rango".
El Lado Tierno del Hombre
Si bien los rasgos de "simio grande" predominan en el comportamiento general, sucede también que las hembras pueden elegir a un macho por su capacidad de cuidar crías.
Una estrategia de cierto grupo de monos, es jugar y acicalar a las crías para ganar el afecto de su madre.
En este caso, el atractivo sucede con "el lado tierno" del macho.
Las experiencias demuestran que una gran mayoría de la mujeres se solidarizan o enternecen con el lado sensible y capaz de cuidar de un hombre.
Para ciertos simios, la cortesía es la base de las relaciones. En cambio, otras sociedades simiezcas se basan en la dominación.
Las experiencias muestran que las conductas más sociables, con mayor retroalimentación entre hombre y mujer son más eficaces que aquellas basadas en la simple dominación.
El Acicalado
El acicalado es la forma que tiene un macho simio de ganar la atención de solo una hembra. Con ello logra apartarla de la manada.
Los humanos poseen formas sustitutivas de acicalamiento.
Una de ellas son los "cumplidos", "piropos" o "frases halagadoras".
Los cumplidos suelen elevar el nivel de temperatura corporal.
Con el acicalado, el lenguaje corporal cambia. La hembra se muestra algo más sumisa, pues así demuestra que "es su amiga" y "no es una amenaza".
Algo similar ocurre con las mujeres sujetas a experimentos.
Compartir la Comida
Aquellas especies capaces de compartir su comida, son más proclives al apareamiento.
La generosidad del macho para compartir su comida, indica de manera potencial, su capacidad de compartir los recursos. En cambio, entre los chimpancés, el macho tiene acceso prioritario a la comida.
En las experiencias, las mujeres valoraron positivamente el comportamiento generoso, más atento y abierto, capaz de compartir y desaprobaron la conducta egoísta.
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REFERENCIAS
(1) http://magementyestrategia.blogspot.com.ar/2013/10/comportamiento-humano-cuanto-nos.html
(2) http://www.youtube.com/watch?v=pRa6U_qc08w