Fuente y resumen: Psyciencia
¿Por qué hay personas que repiten una y otra vez determinadas
conductas, con consecuencias muchas veces desastrosas para sí mismos o para su
entorno? ¿a qué se debe que algunas personas decidan apostar por una
gratificación inmediata a expensas de su salud o bienestar posterior? ¿Es
posible controlar las conductas impulsivas?
RECOMPENSAS INMEDIATAS
El psicólogo Walter Mischel de la Universidad de Columbia
diseñó, en la década de los sesenta, un experimento con niños de 4 años a los
que les hacía una propuesta: los dejaba solos unos minutos en una sala (eran
observados con un monitor) y en una mesa depositaba una golosina. Se les
indicaba que si esperaban a la vuelta del investigador, obtendrían como
recompensa otra golosina extra. A esta edad, la confrontación entre deseo
y autocontrol es un gran reto. Los que habían sido capaces de esperar la
recompensa, desarrollaron diferentes estrategias: taparse los ojos, cantar,
jugar, hablar consigo mismos. Los más impulsivos no pudieron resistir la
tentación y tomaron la golosina, a los pocos segundos de marcharse el
investigador.
Durante años se siguió la trayectoria de estos niños y los resultados fueron reveladores. Aquellos que
habían sido capaces de demorar la recompensa, resultaban ser socialmente más competentes, afrontaban mejor las
frustraciones de la vida, eran más responsables y seguían siendo capaces de
demorar las gratificaciones al perseguir sus objetivos. Sin embargo, los
más impulsivos presentaban una baja autoestima, eran más indecisos, soportaban
peor el estrés y eran más proclives a discutir y pelearse.
APRENDIZAJE Y METAS
La impulsividad es una característica de la personalidad que
puede impedir que la persona alcance unas metas razonables en la vida y
comporta una gran frustración. Según las experiencias vitales de la
persona, los aprendizajes que haya podido realizar, la impulsividad puede
estar más o menos controlada.
Todas las
personas pueden tener un grado de impulsividad, posiblemente más elevado en
nuestros días en que todos los mensajes están orientados hacia la gratificación
inmediata. Sin embargo, lo que diferencia a unos individuos de otros es
la capacidad de aprender de la experiencia. El aprendizaje
consciente requiere de la aceptación de uno mismo, de los propios límites y de
cómo desarrollar una forma más adaptativa para relacionarnos con la realidad.
MEDITACIÓN
El cerebro tiene capacidad de aprender si le damos la
oportunidad de hacerlo. Una forma de entrenar el cerebro lo constituyen
las prácticas meditativas. La meditación es una práctica de entrenamiento
mental que permite poder desarrollar una conciencia más clara sobre la
experiencia lo que permite tomar decisiones más conscientes.
Existen
múltiples evidencias sobre los beneficios a nivel cerebral de las prácticas
meditativas. Como cualquier habilidad, los resultados son acumulativos.
Las personas que han desarrollado la práctica durante años, disponen de
un cerebro con unas características especiales: mayor flexibilidad, mayor
autocontrol, etc.