La inteligencia colectiva es una forma de inteligencia que surge de la colaboración y concurso de muchos individuos o seres vivos de una misma especie. Hoy es un término generalizado de la cibercultura o la sociedad del conocimiento. Aparece en una amplia variedad de formas de toma de decisiones consensuada.
La inteligencia colectiva existe, señala un estudio realizado por científicos del MIT. La capacidad de trabajar en grupo de manera eficiente depende, según los investigadores, de la dinámica de funcionamiento del grupo. Esta dinámica, a su vez, estaría en función de la “sensibilidad social” de los miembros de cada equipo, entendida como tal la capacidad de ser flexibles en la asignación de ocupaciones y de hacer partícipes a todos los miembros en la resolución de los desafíos.
El concepto de inteligencia colectiva se ve impulsado con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especialmente con Internet. Con la Web 2.0 aparecen nuevas formas de relacionarse, en las que los consumidores pasan a ser también creadores, como consecuencia de una gran facilidad para la aportación de información. Existe, por tanto, una gran libertad para aportar contenidos en la red, y así los propios consumidores pueden construir contenidos colaborando entre ellos o aportando nuevos datos.
Inteligencia Colectiva: Capacidad de un grupo de individuos para optimizar colaborativamente las decisiones que le afectan como colectivo.
Investigaciones del MIT
En la investigación, los científicos lograron demostrar que existe una inteligencia colectiva en grupos de personas que cooperan bien juntas, y que dicha inteligencia supera las capacidades cognitivas individuales de cada miembro de esos grupos.
Hasta ahora, numerosos especialistas habían sostenido que la capacidad de los individuos de rendir en diversas tareas cognitivas demostraba la existencia de un nivel de inteligencia individual mensurable.
Según publica el MIT en un comunicado, los investigadores de dicho Instituto aplicaron este mismo principio de medición de las capacidades intelectuales a pequeños equipos de personas.
Así, descubrieron que si los equipos presentaban el tipo adecuado de dinámica o funcionamiento interno, podían desempeñar bien una amplia gama de asignaciones. Este descubrimiento tendría potenciales aplicaciones en empresas y otras organizaciones, señalan los investigadores.
Concretamente, serían aquellos grupos de personas que presentan altos niveles de “sensibilidad social” los más inteligentes como colectivo. Como sensibilidad social entienden los investigadores la buena disposición para ser flexibles en la asignación de ocupaciones y para que los todos los miembros del equipo puedan aplicar sus habilidades a cualquier desafío presentado.
Por otro lado, los grupos sometidos al estudio que contaron con un mayor número de mujeres demostraron tener una mayor sensibilidad social y, en consecuencia, una mayor inteligencia colectiva, en comparación con los grupos que contuvieron menos mujeres.
Los investigadores creen que los resultados obtenidos podrían aplicarse a muchos tipos de organizaciones y que sería muy interesante realizar pruebas para predecir cómo funcionarán ciertos equipos frente a los problemas que se puedan presentar en dichas organizaciones.
Además, según Malone, la investigación demuestra también que sería posible aumentar la inteligencia de los grupos de trabajo, bien cambiando a algunos miembros bien enseñando a los equipos la mejor manera de interactuar.
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