Filosofía Perenne
El Tao de los Líderes (2)
John Heider ha decodificado una serie de principios y bellas metáforas del Tao, a fin de ilustrarnos con sabiduría sobre el arte del liderazgo. Les propongo compartir una parte de esta bello arte que también, por la naturaleza atemporal de sus enunciados, deja notables enseñanzas a los modernos managers.
Un viaje de mil millas comienza con el primer paso
Heider expresa que como profesor ha encontrado en el Tao un texto indispensable tanto para líderes de grupo como terapeutas y educadores humanísticos. Sus argumentos son simples y sensatos. Posee la capacidad de integrar persuasivamente las cualidades de un líder en su forma de vivir: nuestro trabajo es el camino mismo.
La magia del Tao aplicada al liderazgo se basa en 3 simples reglas naturales:
Mente
Ley Natural
Una persona vale tanto como otra ¿porqué juzgar a los favoritos?. Ni una persona ni un pueblo es mejor que la humanidad toda.
Por ello el líder es un ser humilde, no pretende ser especial, no murmura de otros ni pierde el aliento sobre méritos.
El líder obra como la luz consciente, que ilumina por igual lo agradable y lo desagradable.
El líder es como un estanque en el valle:
Agua
El líder sabio es como el agua. Ella es limpia, refresca a todas las criaturas sin distinción ni juicio, es libre y sin miedo, transita bajo la superficie de las cosas, es fluida y sensible, sigue la ley libremente.
Entonces el líder trabaja en cualquier situación sin quejarse, con cualquier pesona o tema que se le presente. El líder actúa de manera que todos se beneficien, habla en forma sencilla e interviene para arrojar luz y crear armonía.
Imparcialidad
Aprende a mandar sin ser posesivo. Aprende a ayudar sin que se note. Aprende a mandar sin coartar.
Todo esto lo puedes hacer si permaneces imparcial.
Integridad
El líder sabe que la verdadera naturaleza de los hechos no puede ser capturada por las palabras.
La palabrería confusa no identifica a un líder.
Donde no existe la palabra el líder es consciente. Silente. Observa y escucha.
En este estado un líder es fuerte y no puede ser seducido por ofrecimientos ni padecer amenazas. El dinero, la fama, las pérdidas o las ganancias no mueven al líder de su centro.
La integridad de un líder no es idealista sino que descansa en un conocimiento pragmático de cómo funcionan las cosas.
Grupo
El líder sabe que un grupo se desarrolla según las leyes naturales. Se regula a sí mismo.
Los esfuerzos por controlar un proceso siempre fracasan.
El líder aprende a confiar en aquello que ve y ocurre. Si hay silencio, déjalo aumentar, algo surgirá. Si hay tormenta déjala rugir, pues se calmará.
Si el grupo está descontento, tus esfuerzos no harán nada para contentarle. Por el contrario, tu esfuerzo lo privará de una lucha creativa.
El proceso de un grupo y el de un líder se hacen uno porque se revelan en la misma esencia. Un líder sabe cómo intervenir sin intervenir, cómo actuar sin actuar. Así procede el Tao.
El líder sabe cómo ejercer una influencia profunda sin participar: empuja, demuestra en lugar de imponer, es imparcial, demuestra brillo pero no en exceso.
Un grupo no prosperará si el líder es codicioso y se apropia de todo.
El líder sabio no es codicioso, ni egoísta, defensivo ni exigente. Por ello el grupo confía en el.
Referencias
(1) ¿Qué es la Iluminación? en http://books.google.com.ar/books?id=-sqXGDemA3sC&pg=PA63&dq=filosofia+perenne&hl=es&sa=X&ei=AiqtUYqAC9D64AOZ6YCICg&ved=0CDkQ6AEwAg#v=onepage&q=filosofia%20perenne&f=false
(2) Heider, J. El Tao de los Líderes. En: http://books.google.es/books?id=Lc9bgOOgFPgC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
Aldous Huxley en su artículo sobre "La Filosofía Perenne" (1) nos remitía a los principios de una metafísica universal e insustancial, allende y superadora de las ciencias humanas como la psicología.
Una de sus fuentes es el enigmático libro de filosofía oriental atribuido al sabio Lao Tsé, conocido como el Tao Te King.
Lao Tsé nos dice que el Tao es imposible de ser expresado pues no posee forma ni sonido, es incorpóreo y eterno. La esencia del Tao es la Nada, recipiente vacío de mundo que luego se llena de espíritu.
Occidente ha realizado nobles esfuerzos por traducir e interpretar las paradojas del Tao, para el cual "todos los extremos se unen".
John Heider ha decodificado una serie de principios y bellas metáforas del Tao, a fin de ilustrarnos con sabiduría sobre el arte del liderazgo. Les propongo compartir una parte de esta bello arte que también, por la naturaleza atemporal de sus enunciados, deja notables enseñanzas a los modernos managers.
Un viaje de mil millas comienza con el primer paso
Heider expresa que como profesor ha encontrado en el Tao un texto indispensable tanto para líderes de grupo como terapeutas y educadores humanísticos. Sus argumentos son simples y sensatos. Posee la capacidad de integrar persuasivamente las cualidades de un líder en su forma de vivir: nuestro trabajo es el camino mismo.
La magia del Tao aplicada al liderazgo se basa en 3 simples reglas naturales:
Visualicemos algunas enseñanzas del Tao.
- La ley natural, o cómo ocurren las cosas.
- Vivir en armonía consciente con la ley natural.
- Liderazgo: como educar a otros de acuerdo a la ley natural.
Mente
El principio de un líder es prestar atención con una mente abierta y dejar de lado sus juicios. La gente con prejuicios enceguece pues solo es capaz de ver aquello que su mente le dicta.
El líder sabio presta atención a toda conducta, de esta forma el grupo puede abrirse a nuevas experiencias. En tanto la gente se abra a todo, aprende, y deja de estar pendiente del líder.
El líder ignora los éxitos y minimiza los fracasos, pues estos solo son fuente de competencia y envidia. Los integrantes de un grupo descubren que la acción efectiva surge de una clara conciencia de existir. Allí encuentran su paz y su eficacia.
Una persona vale tanto como otra ¿porqué juzgar a los favoritos?. Ni una persona ni un pueblo es mejor que la humanidad toda.
Por ello el líder es un ser humilde, no pretende ser especial, no murmura de otros ni pierde el aliento sobre méritos.
El líder obra como la luz consciente, que ilumina por igual lo agradable y lo desagradable.
El líder es como un estanque en el valle:
¿Puedes aprender a ser abierto y receptivo, callado y sin deseos ni necesidad de hacer algo?
Imagina que hay un estanque en el valle . Cuando no hay temores ni deseos que agiten su superficie, el agua forma un espejo perfecto.
En ese espejo puedes ver el Tao.La mente no es Tao, pero el Tao puede ser mente.
Entra cuantas veces quieras. Tu silencio crecerá. El estanque se secará.El valle, el estanque y el Tao están dentro de ti.
Entra en el valle, quédate quieto y mira el estanque.
Generosidad
E líder interesado verdaderamente en sí mismo es generoso. Tal como el cielo y la tierra, el líder imita así a la creación.
Sabiendo esto, el líder se aparta de su egocentrismo. Entonces actúa con eficacia.
Un líder lúcido es servicio, no egoísmo. El líder crece más y permanece más al poner el bienestar de todos por encima del bienestar propio.
La humildad del líder lo hace grande. Su generosidad lo hace fuerte.
Agua
El líder sabio es como el agua. Ella es limpia, refresca a todas las criaturas sin distinción ni juicio, es libre y sin miedo, transita bajo la superficie de las cosas, es fluida y sensible, sigue la ley libremente.
Entonces el líder trabaja en cualquier situación sin quejarse, con cualquier pesona o tema que se le presente. El líder actúa de manera que todos se beneficien, habla en forma sencilla e interviene para arrojar luz y crear armonía.
Imparcialidad
¿Es posible mediar en asuntos emocionales sin tomar partido?
¿Puedes permanecer firme y relajado frente a tus temores y deseos?
¿Has aclarado tus propios conflictos? Has limpiado tu propia casa?
¿Puedes ser amable con todos los bandos y dirigir sin dominar?
¿Puedes permanecer abierto y receptivo ante cualquier tema que surja?
¿Puedes mantener la paz cuando has hallado la solución y los demás luchan por descubrirla?
Todo esto lo puedes hacer si permaneces imparcial.
Integridad
El líder sabe que la verdadera naturaleza de los hechos no puede ser capturada por las palabras.
La palabrería confusa no identifica a un líder.
Donde no existe la palabra el líder es consciente. Silente. Observa y escucha.
En este estado un líder es fuerte y no puede ser seducido por ofrecimientos ni padecer amenazas. El dinero, la fama, las pérdidas o las ganancias no mueven al líder de su centro.
La integridad de un líder no es idealista sino que descansa en un conocimiento pragmático de cómo funcionan las cosas.
Grupo
El líder sabe que un grupo se desarrolla según las leyes naturales. Se regula a sí mismo.
Los esfuerzos por controlar un proceso siempre fracasan.
El líder aprende a confiar en aquello que ve y ocurre. Si hay silencio, déjalo aumentar, algo surgirá. Si hay tormenta déjala rugir, pues se calmará.
Si el grupo está descontento, tus esfuerzos no harán nada para contentarle. Por el contrario, tu esfuerzo lo privará de una lucha creativa.
El proceso de un grupo y el de un líder se hacen uno porque se revelan en la misma esencia. Un líder sabe cómo intervenir sin intervenir, cómo actuar sin actuar. Así procede el Tao.
El líder sabe cómo ejercer una influencia profunda sin participar: empuja, demuestra en lugar de imponer, es imparcial, demuestra brillo pero no en exceso.
Un grupo no prosperará si el líder es codicioso y se apropia de todo.
El líder sabio no es codicioso, ni egoísta, defensivo ni exigente. Por ello el grupo confía en el.
Referencias
(1) ¿Qué es la Iluminación? en http://books.google.com.ar/books?id=-sqXGDemA3sC&pg=PA63&dq=filosofia+perenne&hl=es&sa=X&ei=AiqtUYqAC9D64AOZ6YCICg&ved=0CDkQ6AEwAg#v=onepage&q=filosofia%20perenne&f=false
(2) Heider, J. El Tao de los Líderes. En: http://books.google.es/books?id=Lc9bgOOgFPgC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
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