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Neuromanagement: Entrenar el Cerebro Emocional para Decidir Mejor

¿Cómo Funciona el Cerebro Emocional?

El neurocientífico Joseph Le Doux estudió el nivel de influencia del cerebro emocional sobre el racional en situaciones particulares.

Según los neurólogos se ha descubierto algo aun mejor y provocativo para los racionalistas:

La toma de decisiones que hacemos, tiene por finalidad recuperar el equilibrio emocional perdido.

Se trataría de una respuesta sistémica, compensadora del temor, la ansiedad o la incertidumbre que implica decidir.

Entonces, de acuerdo al resultado de los estudios, los gerentes y líderes del mañana deberán entrenar antes que nada su costado emocional.

Secciones Emotivas

Las emociones en si se localizan y funcionan en tres elementos o funciones específicas:

El tálamo, que envía mensajes sensoriales al neocórtex, sede de los pensamientos racionales.
El hipocampo, región que funciona en la memoria e interpretación de sucesos.
La amígdala, centro del control emocional.

Educación temprana

Una de las claves del desarrollo emocional en edades tempranas está dado por las relaciones intersubjetivas del niño y las personas de su entorno.

La intersubjetividad separa al niño del estado de relación simbiótica, pues debe ser capaz de distinguir y relacionar a un "otro" distinto a si mismo.

Gráfica de las Emociones

Algunas de las emociones más comunes que nos pasan a nosotros son:

Ira: produce un aumento de los latidos, la sangre fluye con velocidad y aumenta la adrenalina.

Temor: la sangre se concentra en los múculos, mayormente en las piernas pues allí se prepara para la huida.

Felicidad: la actividad cerebral se centra en la parte central, se inhiben los sentimientos negativos y se experimentan incrementos en los niveles de energía.

Sorpresa: las pupilas se dilatan porque demandan de mayor cantidad de luz, síntoma de querer percibir mejor el suceso.

Tristeza: produce la baja de las endorfimas a fin de fortalecer el sistema inmunológico.

¿Cómo Entrenar la Inteligencia Emocional?

Fuente: extracto de Paperblog

Las percepciones emocionales suelen hallarse como en un segundo plano de nuestra atención. La educación nos condiciona a juzgar y basar nuestras decisiones sobre criterios racionales.

Solo cuando las emociones presionan y mucho, solemos percatarnos de ellas.

El primer descubrimiento de la inteligencia emocional es este: disponemos de un sistema de información que en forma constante nos envía información sobre los sucesos. Solo debemos contar la capacidad de escucharlo.

Decir escucha es entrar nuevamente en el campo racional y no es tal. Las emociones solo se atienden.

Una primer forma de entrenar nuestra inteligencia emocional, consiste en tomar contacto con nuestras emociones y a partir de ella, sortear una serie de pasos que nos permitan decidir:

Evaluar el estado emocional de las personas de nuestro entorno y medir el impacto de su estado emocional en nosotros. Cuántas veces sucede que "nos enganchamos" en el estado emocional del otro, sin saber porqué. Asistir a alguien requiere de poder empatizar con sus sentimientos pero a la vez superar su estado emocional.
Hacer un ejercicio de sentir el contexto emocional, cualquiera sea el lugar en que uno se encuentre. Cuáles son las sensaciones que vienen a mi. Qué información me envían. Cómo se vive en ese lugar? Cómo se trabaja? La percepción emocional puede arrojarnos un diagnóstico bien preciso del lugar que visitemos.
A partir de toda la información emocional percibida, debemos ser capaces de tomar una decisión.

Será correcta nuestra decisión? La pregunta no tiene respuesta cierta. A través de la inteligencia emocional si podemos decir que la decisión la percibiremos como correcta, o como decía Herbert Simon, nos proveerá de sensación de satisfacción, equilibrio o bienestar.

Estamos de acuerdo? Entonces el objetivo de la inteligencia emocional es proveernos de herramientas que nos permitan procesar una mayor riqueza informativa, decisional y también interior.

En la medida que utilicemos la inteligencia emocional a nuestro favor, el nivel de incertidumbre del entorno tenderá a disminuir, esto es, podremos controlar mayores porciones de la realidad que nos circunda.

Ahora si podemos responder a nuestra pregunta: la inteligencia emocional nos acerca al perfeccionamiento de nuestro proceso decisorio, nos aporta el valor de información que normalmente ignoramos pero que puede amortiguar, disminuir o eliminar grados de error.